Vitoria. La igualdad a veces sólo es cuestión de discursos. El vocablo abunda en ellos, sobre todo, si el responsable de los mismos procede del ámbito político. Lo que ocurre es que en demasiadas ocasiones, el sentido de la palabra pierde todo su significado con hechos como el que se descibe en estas líneas. No en vano, la reciente inauguración de la nueva oficina provisional de Lanbide (Servicios Vasco de Empleo) en el gasteiztarra barrio de Lakua partió con taras evidentes que impiden el acceso a las instalaciones a un buen número de ciudadanos. En concreto, a los que tienen que desplazarse en silla de ruedas, o con muletas o andadores. Un gran escalón en la puerta hace inviable la entrada para este tipo de personas cercenando de hecho la posibilidad a los damnificados de poder gestionar allí los trámites necesarios para, por ejemplo, recibir la Renta de Garantía de Ingresos (RGI).

Los hechos fueron denunciados ayer por la asociación Eginaren Eginez. Ésta, que agrupa a personas con discapacidad física, tuvo la posibilidad de comprobar en persona los obstáculos que jalonan la entrada a la citada lonja, ubicada entre las calles Espoz y Mina y José Domingo Olarte. Ésta tiene un carácter provisional ya que pretende ejercer de puente hasta la puesta en marcha de la macro-oficina de Paseo de la Zumaquera.

Sea como fuere, en el momento de la inauguración, Eginaren Eginez se fijó en el planteamiento que esgrimió el propio viceconsejero de Planificación y Empleo, Javier Ruiz. El citado explicó que las instalaciones pretendían prestar una "atención más rápida y eficaz". También añadió que "el servicio en la capital alavesa se verá mejorado por la mayor comodidad de las instalaciones, la mejor accesibilidad de la población a esta oficina y la calidad de la atención directa".

Ante las citadas declaraciones, el pasado siete de septiembre representantes de la asociación se armaron de paciencia para visitar la citada oficina. "No pudimos entrar. Ni siquiera pudimos pedir la hoja de reclamaciones. Y nos preguntamos, ¿de quién habla el viceconsejero, a quién se refiere, cómo puede atreverse a hablar de mejor accesibilidad de la población?", explican los portavoces de Eginaren Eginez a través de su nota de denuncia remitida a este diario.

Dadas las circunstancias, desde la citada organización se indica que "constatamos una vez más el incumplimiento de la Ley por parte de las administraciones: el Gobierno Vasco, responsable directo de esta discriminación, maltrato y desprecio de la población de movilidad reducida; y Ayuntamiento de Vitoria, por permitir la apertura de establecimientos que discriminan a la población".

Situaciones como la denunciada por Eginaren Eginez no son nuevas en la capital alavesa. De hecho, incluso en una año tan significativo para la capital alavesa, como éste en el que se celebra la European Green Capital, la sede del evento, el palacio Zulueta, estrenó formato tras una remodelación que dejó la entrada para personas discapacitadas en la zona de atrás, apartada. Aquello fue recibido con críticas que usaron palabras como discriminación, marginación, segregación y estigmatización por el trato vejatorio al que, a juicio de este colectivo de personas con movilidad reducida, les sometía el Gobierno municipal liderado por el popular Maroto en su instalación estrella. Según desveló la citada organización, el Ejecutivo local decidió separar a la población según sus condiciones físicas en los accesos, con una entrada "no digna e inaccesible" para los vecinos "que tienen que entrar por ahí por su condición física, y el resto por la entrada principal".

También denunciaron las malas condiciones de acceso a instalaciones públicas como el pabellón Fernando Buesa Arena y censuraron la falta de accesibilidad de las instalaciones municipales cuando la ciudad recibió el premio Reina Sofía por su accesibilidad, precisamente.