Santander. La diputada y portavoz socialista en la Comisión para el estudio del Cambio Climático, Cristina Narbona, afirmó ayer en Santander que prolongar la vida útil de la central nuclear de Garoña "no aporta nada" en términos económicos al sistema eléctrico español pero en cambio "significa un freno a las energías renovables y un riesgo latente que hay que tener en cuenta". Por eso, recordó que el PSOE defiende que es "un error" prolongar el funcionamiento de la central porque el hecho de que esté abierta "sólo significa seguir manteniendo riesgos sin que eso repercuta en absoluto en el precio de la electricidad", ya que la energía nuclear en España es retribuida "al precio de la energía más cara".
Respecto al debate abierto sobre la seguridad de las centrales nucleares tras la "catástrofe" de Fukushima y las grietas que se han detectado en la de Doel, en Bélgica, que ha advertido que Garoña y Fukushima tienen características similares en sus vasijas, la exministra de Medio Ambiente socialista insistió en que "lo prioritario es la seguridad", una cuestión que el Gobierno central debe tener "muy en cuenta", pero subrayó además que si se cierra la nuclear española "no pasa nada". "Hay que tener en cuenta que no pasa nada si se cierra Garoña. Esto debe ser una cosa que todo el mundo entienda: que esté abierta Garoña no aporta nada en términos económicos al sistema eléctrico español",.
Narbona se pronunció así a preguntas de los medios antes de participar en el seminario Repensar el proyecto europeo: una visión española, que se imparte en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), donde abordará La política energética y climática europea después de Fukushima.
En este sentido, lamentó que la reforma energética que está preparando el Gobierno de Mariano Rajoy va "absolutamente en la dirección contraria" a lo que está haciendo Alemania, que ha decidido eliminar "definitivamente" la energía nuclear y potenciar las energías renovables, "lo contrario de las decisiones que está empezando a tomar el Gobierno". Al respecto, recordó que la Comisión Europea ha advertido a España que tiene la obligación de cumplir con los objetivos de reducción de emisiones de CO2, lo que significa, entre otras medidas, "la obligación del Gobierno de tener un régimen de ayudas estable y consistente a las energías renovables".
Sin embargo, insistió, la reforma anunciada por el Ejecutivo va "en la dirección contraria", al imponer "impuestos más altos a las energías más limpias", cuando, para los socialistas, la fiscalidad debe grabar las energías más contaminantes "y no las menos". Narbona, que reconoció que se sorprendió cuando oyó a Rajoy "en una de sus pocas intervenciones en el Parlamento" decir que había que introducir en España el principio de que quien contamina paga cuando está aplicándose "desde hace tiempo en los coches", incidió en que es precisamente el presidente quien tiene "la última palabra" sobre una cuestión que pivota entre los ministerios de Industria y Hacienda.