Vitoria. A partir del lunes la vida va a ser más cara para los ciudadanos alaveses, ya muy castigados por una crisis económica cronificada. El incremento del IVA decretado por el Gobierno de Mariano Rajoy se va a dejar sentir prácticamente en todos los aspectos de nuestra vida cotidiana y así, según la Organización de Consumidores y Usuarios, el incremento en dos de los tres tipos vigentes en el Estado supondrá un gasto extra de 39 euros por hogar, más de 450 al año, lo que en algunos casos puede suponer todo un desbarajuste del presupuesto familiar.

La directora del Instituto Vasco de Consumo-Kontsumobide, Ana Collía, explica para DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA las pautas generales que debe tener en cuenta el ciudadano para no perderse en este nuevo mapa de precios y que su bolsillo no termine más castigado que lo estrictamente necesario.

Lo primero que toca es constatar aquellos incrementos en los que no cabe nada más que resignarse y pagar. "En aquellos servicios que se prestan periódicamente, como la luz, el gas o las telecomunicaciones, independientemente de que la prestación se haya dado con anterioridad a la subida del IVA, se va a aplicar el impuesto vigente cuando se emite la factura. Un consumo realizado antes del 1 de septiembre se va a pagar con el nuevo IVA", señala Collía. Con el agravante, en el caso de la luz, de que el Tribunal Supremo ha avalado el cobro por parte de las empresas al usuario del peaje que éstas han de pagar por usar la redes eléctricas.

Como en el caso del gas, la luz o el agua, la contratación de paquetes de viajes puede encarecerse aunque se haya reservado vuelo antes del 1 de septiembre. En muchos casos estos viajes incluyen cláusulas en las que se especifica que se aplicarán las subidas de impuestos que puedan decretarse entre el pago de las vacaciones y su disfrute. "Atención por tanto en ese punto para no encontrarnos con sorpresas desagradables, hay que prestar especial atención a la letra pequeña, leerse las condiciones generales del contrato", advierte Collía. No ocurre así en otro tipo de gastos, como por ejemplo las obras de reparación en la vivienda. "Se entiende que si el consumidor ha pedido un presupuesto antes de la subida del impuesto, y dentro de ese presupuesto está incluido el IVA, no se puede aplicar el incremento. Como persona consumidora yo debería exigir que se me aplique sólo lo presupuestado", alerta la directora de Kontsumobide.

Otro aspecto que ha generado la subida del IVA es el bombardeo por parte de muchas empresas de campañas de publicidad que ofrecen descuentos y ofertas llamados a aliviar el incremento del Impuesto sobre el Valor Añadido. "En ese caso no hay que aplicar más que lo que venimos siempre recomendando, el sentido común. Cuando vemos en una gran superficie una oferta deberíamos tener la picardía, entre comillas, de comprobar si el precio nuevo se corresponde realmente con un descuento, no vaya a ser que sea el mismo que el inicial", señala Collía, y no porque sí. Se trata de una práctica abusiva que ya se ha detectado en varias ocasiones. Ante este tipo de campañas desde esta agencia del Gobierno Vasco se recomienda conservar todos los folletos que aparecen en nuestros buzones, e incluso guardar la publicidad que se difunde a través de Internet y que nos pueda llevar a hacer una compra. A día de hoy esos folletos y anuncios son vinculantes y el comerciante debe atenerse a lo que en ellos comunica.

"En estas fechas preescolares, en las que podemos comprar pequeños ordenadores u otros electrodomésticos es importante tener cuidado con estas cosas, nosotros animamos a guardar toda la publicidad que aparezca. En el caso de Internet, si no se puede imprimir se puede hacer un pantallazo -guardar la página- y luego se coteja", aconseja Collía.

En todo caso, desde Kontsumobide se pide a los ciudadanos que ante la subida del IVA actúen como lo deben hacer frente a unas rebajas o a las comprar navideñas. "Siempre hay que prestar especial atención a la letra pequeña, no importa si nos tenemos que proveer de lupas para hacerlo porque merece la pena".

Ante esta nueva situación se hace necesario, por otro lado, explicar con cierto nivel de detalle qué sube y cuánto a partir de este lunes. Los ciudadanos deben tener claro, para empezar, dónde se van a encontrar las sorpresas más desagradables a la hora de pagar. Se trata de aquellos establecimientos sacudidos por la subida del 4% al 21%, un incremento de 17 puntos porcentuales que pone contra las cuerdas tanto al consumidor como al empresario. Todo el material escolar que no sea libros de texto se encuadra en este grupo, el más castigado por la reforma del Gobierno.

Otro grupo de productos y servicios han pasado de tributar al 8%, el tipo reducido aún vigente, al general del 21% que se estrena el lunes. La preocupación cunde en peluquerías, floristerías, teatros, salas de conciertos, circos, funerarias y galerías de arte. Estos sectores que temen una drástica caída de ventas, tanto más si se tiene en cuenta que se trata de actividades prescindibles en tiempos de necesidad o susceptibles, en el caso de entierros y funerales, de ser austeros hasta el extremo.

qué sube y qué no Desde el lunes, sólo se aplicara el IVA del 4% a productos básicos como la leche, el queso, el pan, los huevos, frutas, verduras y hortalizas, libros, periódicos y revistas, medicamentos, vehículos para discapacitados físicos, así como su reparación, prótesis e implantes para estas personas, pisos de VPO, y alquileres con opción de compra de viviendas protegidas. También se quedan en el 4% los servicios de teleasistencia, la ayuda a domicilio y las residencias.

Todos los alimentos procesados suben dos puntos, del 8% al 10%. También los animales y vegetales utilizados para obtener productos alimenticios elaborados, las semillas, fertilizantes, residuos orgánicos, herbicidas y plaguicidas, así como plásticos y papeles utilizados para el cultivo o envase de alimentos. El consumidor debe andar atento, porque aunque los productos básicos no tributen más, si sus envases o materiales de producción suben, el precio de frutas, leche o patatas también puede verse afectado.

También el agua sube del 8% al 10%, las gafas y lentillas, todo producto sanitario que no sea estrictamente un medicamento, las viviendas libres, el transporte, los bulbos y esquejes, bares y restaurantes. Crece en dos puntos la tributación de los servicios relacionados con la agricultura y la ganadería, incluidos los que prestan las cooperativas a sus asociados, las visitas al veterinario o la fumigación de plantaciones. Sube también la limpieza de la vía pública, la recogida de basuras y tratamiento de residuos, la entrada a bibliotecas, museos, archivos, y a espectáculos deportivos aficionados, así como las ferias comerciales, las exposiciones y las obras en viviendas particulares y zonas comunes de bloques de propietarios.

Todos los productos que no están contemplados en los dos anteriores grupos tributarán desde el lunes al 21%, un coste difícil de asumir para unos ciudadanos que hasta hace dos años pagaban por esos mismos productos un 16% de IVA.