pablo josé pérez
leza/navaridas. Con la entrega de trofeos y recuerdos a los participantes y una pequeña fiesta de despedida en Navaridas, hasta el año que viene terminaron ayer sobre las dos de la tarde las primeras Olimpiadas Rurales de Rioja Alavesa celebradas con juntamente entre Leza y Navaridas, a través de sus ayuntamiento y de sus asociaciones culturales.
Garikoitz Eguiluz, concejal de Cultura de Leza recordaba que esta actividad se ha podido llevar a cabo gracias a la colaboración de La Ruta del Vino de Rioja Alavesa, que ha sido quien ha otorgado los grandes premios de estas Olimpiadas y a la bodega Pagos de Leza que también ha colaborado, además de la asociación El Cerrillo de Navaridas y voluntarios para árbitros y jueces. "Los participantes nos han desbordado con su interés porque, de verdad, que no esperábamos tanta participación".
Y es que a lo largo de estos tres días han participado algo más de un centenar de personas que se dividieron en dos grupos de edad: los menores de 11 años y todos los demás, con los que se conformaron los diferentes grupos que se pusieron nombres para jugar como Piratas del Caribe o Las Tigresas.
Los juegos comenzaron el viernes por la tarde, con el encendido de la maña (la antorcha) en Navaridas y su traslado hasta Leza, marchando por caminos rurales pero haciéndolo en forma de relevos de tres a cinco personas que, según cuentan fue uno de los momentos más emocionantes de estos días "y que a alguno le hizo hasta llorar de emoción", según confesó el concejal.
Ya en Leza, en la tarde del viernes y la mañana del sábado las actividades se celebraron en la zona deportiva anexa a la piscina municipal. Se hizo así por las ventajas que suponía tener la piscina cerca para refrescarse, en unos días que han sido los más calurosos del verano, aunque a decir verdad, uno de los artilugios más utilizados por deportistas y visitantes fue una manguera al alcance de cualquiera y que servía de improvisada ducha.
La tarde del sábado y la mañana del domingo la actividad se trasladó a Navaridas, donde uno de los últimos actos estuvo dedicado a los críos a través de juegos en los que podían participar tanto los inscritos como los vecinos de ambas localidades y cualquier chaval que quisiera. Lo cierto es que la experiencia ha servido para demostrar que no hacen falta grandes cantidades de dinero para organizar un verdadero espectáculo que tenga impacto entre la gente. "La idea se le ocurrió a Natalia, una de las personas que organizan actos en Leza", comenta Eguiluz, al ver que todos los días daban en la televisión lo que faltaba para los Juegos Olímpicos de Londres. "Hablamos los dos ayuntamientos y nos pusimos en marcha".
En la buena organización de estas Olimpiadas Rurales ha tenido un papel decisivo la animadora infantil Iratxe, que ha respaldado, dado consejos, divertido a todos en una fiesta y hasta ha prestado parte de su equipo de sonido para la celebración de la iniciativa. Con esas ayudas y con la buena voluntad de todo el mundo, dispuestos a disfrutar, se han podido recuperar viejos juegos que se han reconvertido en pruebas olímpicas, como las carreras de carretillas, el lanzamientos de bolos, el robo del pañuelo y un sinfín de actividades que han llegado hasta las parrilladas, ya que el artilugio en el que se han asado algunas viandas es el que se ha utilizado en el medio rural durante mucho tiempo, un barril metálico grande cortado verticalmente, con lo que el riego de incendios era totalmente nulo.
La despedida de estas olimpiadas tuvo un toque dulce, ya que los organizadores han decidido volverlas a convocar el próximo año y sumar más municipios, si están dispuestos a colaborar.