vitoria. De un tiempo a esta parte, la gente ya no lleva teléfonos móviles en sus bolsillos, sino auténticos ordenadores portátiles que en muchas ocasiones cuestan más de 300 euros y que se han convertido en un jugoso negocio para rateros acostumbrados hasta ahora a afanar carteras cada vez menos aprovisionadas de billetes. En La Blanca, desde luego, han hecho su agosto con la popularización de las nuevas tecnologías.
Las denuncias totales en las dependencias de la Policía Local se han disparado hasta un 30% (de 415 a 577) durante unas fiestas sin más robos de carteras, bicis o bolsos que otros años, precisamente porque muchos smart phones han volado en mitad de las aglomeraciones.
Un 115% ha aumentado el número de denuncias por este tipo de sustracciones, y así, 177 móviles han cambiado de propietario -en 2011 fueron 82-, un fenómeno tras el que, en principio, no se encuentra ninguna banda organizada.
Así lo afirmó la concejal de Medio Ambiente y portavoz ayer del Consistorio, Idoia Garmendia. "Es una especie de moda, si se puede decir así", señaló la edil, quien resaltó que en general se han vivido unas fiestas "tranquilas y seguras", en las que han desaparecido 160 carteras, se han quemado cuatro contenedores, frente a los 15 de 2011, y "se ha desarticulado una banda especializada en el robo con violencia", en palabras de la edil, cuyos tres miembros asaltaron y amenazaron a un joven en el parque del Norte.
Las agresiones en la calle y en el ámbito familiar, por su parte, se han mantenido en cifras similares a las de otros años (22 denuncias y 11, respectivamente, según datos facilitados ayer por la Ertzaintza).
La Policía autonómica coincide en su diagnóstico con el Ayuntamiento en lo que a seguridad ciudadana se refiere durante estos días. En la comisaría de Lakua se ha dado parte de 148 robos de teléfonos móviles -con los de la Policía Local suman 325- por los 69 del año pasado. Las denuncias totales, en general por pequeños hurtos, han pasado de las 292 de 2011 a 399.
Los agentes, además, arrestaron a nueve miembros de un grupo organizado de descuideros a quienes se les ocupó, ocultos entre unos pañales, varios móviles de alta gama y una cámara fotográfica. Se trata de delincuentes que viajan de fiesta en fiesta en busca de aglomeraciones y ciudadanos despistados. Se han registrado además 17 robos con intimidación, cuatro más que el año pasado, y los mismas sustracciones en vehículos, 21.
Por lo demás, el comportamiento de vitorianos y visitantes ha sido ejemplar. Los delitos contra la seguridad vial, es decir, los positivos por alcoholemias al volante, han pasado de 14 a 4, y los menores, a quienes la Policía Local ha vigilado especialmente en estas fechas para evitar consumos excesivos de alcohol, han vuelto a dar una lección a sus mayores. En estos días se han atendido 50 intoxicaciones etílicas, 30 de ellas sin necesidad de atención hospitalaria. Sólo seis de estas personas que bebieron más de la cuenta no habían cumplido los 18 años, y tan sólo un bazar chino ha sido sancionado por vender alcohol a menores.
En cuanto a los típicos accidentes que se producen durante la bajada de Celedón por las botellas de cava rotas, parece también que la responsabilidad va imperando cada año un poco más. Ha habido menos botellas en la plaza de la Virgen Blanca, 13.700 frente a las 14.000 de 2011, y también menos cortes. En los puestos sanitarios instalados en los alrededores del núcleo festivo vitoriano se practicaron 138 curas, un 19% menos que el año pasado.