En una carta remitida a la Agencia Efe para su difusión, Gonyalons ha dicho que se encuentra bien y que cada día que pasa está mejor, aunque la recuperación de la lesión que sufre en la pierna será larga.
Después de casi nueve meses de secuestro "y pasados unos días de recuperación, disfrutando" de la familia y de sus amistades, el cooperante ha considerado oportuno escribir esta carta para expresar su agradecimiento.
"En primer lugar, deseo agradecer profundamente todos los esfuerzos realizados para conseguir nuestra liberación; igualmente quiero dar las gracias a todas las personas e instituciones que han dado apoyo y se han implicado de alguna manera durante todo este proceso y que ahora comparten nuestra alegría", ha afirmado.
Gonyalons ha referido que nunca se hubiera podido imaginar la cantidad de muestras de apoyo y solidaridad que, tanto su familia como él, han recibido "tanto a nivel estatal como desde diferentes partes del mundo".
"¡Muchas gracias a todo el mundo de todo corazón! En particular, quiero agradecer a la sociedad mallorquina y vasca, así como al pueblo saharaui, el especial seguimiento que este suceso ha tenido entre sus ciudadanos y ciudadanas", ha subrayado.
Sobre su estado de salud, ha comentado: "a pesar de que la experiencia vivida ha sido muy dura, mentalmente me encuentro bien y cada día que pasa, un poco mejor".
"En cuanto a la recuperación de mi pierna, parece que será un camino largo y complicado, pero somos moderadamente optimistas y confiamos en que podré volver a caminar con normalidad", ha comentado.
Sobre las circunstancias de lo ocurrido en Mali, ha dicho: "Tanto mi familia, como yo mismo, consideramos que la principal noticia es la liberación en sí misma y no consideramos oportuno comentar los detalles relacionados con el secuestro", ha añadido.
Finalmente, ha expresado que mantiene su "solidaridad con la causa del pueblo saharaui, una causa justa y legítima".
Enric Gonyalons, cooperante de la ONG vasca Mundubat, fue secuestrado el 22 de octubre del año pasado junto a otras dos voluntarias, la vasca Ainhoa Fernández de Rincón y la italiana Rossella Urru, en los campamentos saharauis de Tinduf (Argelia), y trasladados al norte de Mali por el grupo salafista Movimiento Unicidad y Yihad en África del Oeste (MUYAO), una rama de Al Qaeda para el Magreb Islámico (AQMI).
Los tres fueron liberados el pasado 18 de julio. Gonyalons y Fernández de Rincón llegaron a España al día siguiente.