Vitoria. La ola de calor sorprendió ayer. Y no por inesperada, sino porque los registros que dejó a su paso en los termómetros alcanzaron y sobrepasaron los 40 grados en zonas de Rioja Alavesa, de la Llanada, de Zuia, de Añana y de Ayala. La calorina cayó a plomo y fuego provocando escenas que derretían el ánimo, como mercurios callejeros indicando los 43 grados en pleno centro de la capital alavesa. Tal fue la situación que, incluso, los datos recogidos batieron los de la histórica ola de calor de 2003, marcando así nuevos récords, como los 44,7 grados de Llodio. Se trata además, de las temperaturas más altas contabilizadas por Euskalmet desde su puesta en marcha en 1990.
En concreto, la Agencia Vasca de Meteorología, Euskalmet, registró ayer en varias zonas de la CAV unas temperaturas que han superado las cotas máximas alcanzadas en el año 2003. Éstas se han incrementado entre uno y dos grados principalmente en zonas del interior de Bizkaia y en el conjunto de Álava.
Por lo tanto, la ola de calor que calienta estos lares desde el pasado miércoles llegó en la jornada de ayer a su punto álgido. De hecho, se produjeron las temperaturas máximas más calurosas en lo que va de año y década. En ese sentido, los hitos observados indicaban ayer termómetros que llegaron a los 44,8 grados en Elorrio, a los citados 44,7 de Llodio o a los 44,5 de Balmaseda. También las pasaron canutas en Saratxo (44,3), Gardea (43,8) y Amorebieta (43,4).
Todo ello dio la razón a la Dirección de Emergencias y Meteorología del Departamento vasco de Interior, que había decretado la alerta naranja -en una gradación con cinco estadios en la que sólo es superada por la alarma máxima (de color rojo)- ante el riesgo de la llegada de temperaturas máximas extremas en la zona cantábrica interior, en la zona de transición y en la zona del eje del Ebro. Gracias a Dios, las previsiones para hoy son algo más optimistas y señalan una bajada sensible de las temperaturas máximas hasta los niveles típicos de un verano agradable por estos lares.
Pero eso será hoy, porque la jornada de ayer se convirtió en una de ésas en las que la chicharra canta. Y a gusto. Los cielos permanecieron durante casi toda la jornada poco nubosos o despejados, aunque sí que se adivinó alguna bruma a última hora de la tarde, cuando se registraron nubes de evolución en el interior. Los vientos fueron flojos y variables, predominando la componente sur. Tal circunstancia aportó una sensación térmica sofocante. Sin embargo, Eolo viró en las horas centrales del nordeste en la vertiente cantábrica. A últimas horas giró a oeste-noroeste, con rachas fuertes en el litoral. Precisamente, tal circunstancia se convirtió en la señal que avisaba de un cambio notable del panorama.
Para hoy se esperan temperaturas algo más suaves, que podrían oscilar entre los 18 de mínima y los 33 de máxima en la urbe gasteiztarra. Un respiro en un contexto de calor sahariano. Sea como fuere se prevén brumas matinales. Se esperan cielos poco nubosos, con intervalos nubosos en el litoral. Por la tarde aumentará la nubosidad, predominando las nubes altas en el interior. En el litoral vientos flojos a moderados del oeste-noroeste, con rachas fuertes. En el interior vientos flojos a moderados variables, fijándose del norte-noroeste durante la mañana. Esta situación proseguirá mañana, con brumas y nieblas matinales, cielos nubosos y probabilidad de lloviznas en las horas centrales. Vientos flojos a moderados de componente norte. Temperaturas mínimas en ligero a moderado descenso y máximas en descenso moderado a notable en el litoral y acusado en el interior. El lunes, quizás, las temperaturas recuperen parte de su cadencia veraniega.
Ante esta situación, desde Interior se volvió ayer a hacer hincapié en la necesidad de beber abundantes líquidos, especialmente agua, para evitar el riesgo de deshidratación. No son recomendables productos con alcohol, cafeína o demasiado azúcar. En cuanto a las comidas, son preferibles las ligeras (ensaladas, gazpacho, verduras o fruta). Ya en casa, hay que cerrar las ventanas y bajar las persianas sobre las que dé el sol, aprovechando las horas de menos calor para ventilar y refrescar la casa. Tampoco está de más aplicar la lógica y usar ropa adecuada, holgada, ligera y de colores claros, y calzado cómodo y fresco. También hay que procurar no salir a la calle durante las horas de más calor. Si es necesario salir, hay que procurar llevar la cabeza cubierta y gafas de sol.