Vitoria. Las organizaciones agrarias aumentarán su representatividad en la Interprofesional de Vino de Rioja en detrimento de las cooperativas, que perderán, previsiblemente, un pellizco del porcentaje de voto que tenían hasta ahora. Ésa es una de las conclusiones del laudo que ha dictado el Ministerio de Agricultura, tras los encuentros mantenidos por el director general de la Industria Alimentaria, Fernando Burgaz, y otros altos cargos con representantes de ambas organizaciones.

En el informe ministerial se tiene en cuenta que las asociaciones que son miembros en la actualidad de la Organización Interprofesional, y tienen el carácter de fundadoras, tendrán garantizada su permanencia en la misma con independencia de cuál sea el porcentaje de superficie que acrediten. Asimismo, señala que revisados los estatutos de las asociaciones de cooperativas y de las asociaciones de productores miembros de la Interprofesional se constata que, mientras que las asociaciones y organizaciones de cooperativas tienen limitada su capacidad de representación a tan sólo productores integrados en cooperativas, las asociaciones y organizaciones de productores no disponen de ninguna limitación de representación de los viticultores, salvo la que se deriva del ámbito geográfico en el que operan.

Tras estas consideraciones se establecen en el informe los parámetros para calcular la representatividad de ambos sectores que quedaría en un 59% para las organizaciones agrarias y un 41% para las cooperativas. En el documento se establece un plazo de cuatro meses para llevar a cabo los cambios necesarios para cumplir con esa decisión y se han designado dos funcionarios del Ministerio para llevar el control de su realización. Además, el Gobierno central ha decidido que mientras se realiza esa operación se mantendrá la actual presidencia de la Interprofesional, actualmente en manos de Víctor Pascual, presidente también del Consejo Regulador, Grupo Rioja y algunas de las mayores bodegas del sector.

facilidades al riego Por otro lado, la presión de los técnicos y de los agricultores ha obligado al Consejo Regulador a dar luz verde a los riegos en las parcelas de viñedo, dado el dramático aspecto que presentaban muchas de ellas a consecuencia de la sequía. De hecho muchos viticultores se la había jugado regando por su cuenta ante la falta de respuesta del Consejo. Y es que la exigente normativa de la Denominación Calificada es tan rígida que regar o hacer cualquier actuación no permitida por el Consejo puede acarrear importantes sanciones económicas a quien lo haga.

Tras las insistentes peticiones para que se permita regar, el Consejo ha tenido que ceder y declarar que "ante la excepcionalidad que presenta la evolución de la climatología durante el ciclo vegetativo de este año", ha considerado oportuno "dar las máximas facilidades a aquellos viticultores que consideren necesario el aporte de agua a su viñedo".