Vitoria. La realidad evidencia que la población envejece y la esperanza de vida es cada vez más alta. Así las cosas, estos potenciales usuarios de los servicios sociales, a los que se suman ahora los miles de afectados por la crisis en Euskadi que requieren ayudas, se multiplican y dan paso a un futuro en el que el sector de los servicios sociales requerirá de más especialistas y empleados. Así lo indica el último estudio recogido por el Instituto Vasco de Estadística que refleja que en 2010 este área generó 330 nuevos puestos de trabajo y empleó de forma directa a 26.220 personas en la comunidad, de las que el 70% fueron mujeres. Esto implica que el perfil de la trabajadora es claramente femenino y, de hecho, en términos absolutos, que el 4,3% de las mujeres vascas ocupadas pertenecía a este área.

Pero el sector de los servicios sociales recoge a muchas más personas que sólo las contratadas de forma directa. De hecho, también hay que tener en cuenta la plantilla subcontratada de atención directa y de ayuda a domicilio, cuyas horas supusieron más de 6.500 empleos a jornada completa. Además, se observó un incremento del 3% del personal voluntario, muy habitual en este sector, y que alcanzó las 21.035 personas. Un colectivo cuyo esfuerzo supuso un equivalente a 1.726 empleos a dedicación plena.