Denver. Un joven de 24 años irrumpió ayer en en un cine de las afueras de la ciudad estadounidense de Denver (Colorado) durante el estreno de la secuela de Batman, El caballero oscuro y disparó al público, además de lanzar una bomba de gas lacrimógeno, provocando la muerte de 12 personas y 71 heridos por bala (11 en estado crítico), según indica el jefe de policía local Dan Oates.
El incidente se produjo en el complejo Century y en la sala se encontraban cientos de personas. El joven identificado como James Holmes, natural de Tennessee, portaba una escopeta, un rifle, una pistola y un chalqeco antibalas. Fue detenido tras la matanza en el aparcamiento trasero del cine. Los testigos indican qe el atacante vestía de manera similar al antagonista de Batman en el estreno, un terrorista llamado Bane, que en la película tiene el rostro cubierto por una máscara similar y amenaza con detonar una bomba en la metrópoli.
Las víctimas tienen edades comprendidas entre 3 meses y 45 años. Diez de las personas asesinadas fallecieron en la sala de cine, mientras que la muerte de las otras dos fue declarada ya en los centros médicos. Los mensajes de Twitter y las imágenes recogidas por teléfonos móviles muestran escenas de pánico y personas heridas en el cine. Centenares de personas asistían al estreno con disfraces de los personajes de la serie Batman.
Supuestos efectos especiales La película, en sí, contiene abundantes efectos de sonido con alto volumen, por lo que un testigo dijo a la cadena CNN, inicialmente, que el público no notó que las detonaciones en la sala provenían de disparos reales de arma de fuego. "Los testigos han dicho que el hombre apareció en el frente de la sala, pero no es claro si salió de detrás de la pantalla o por una de las puertas, y comenzó a disparar", dijo el portavoz del departamento de Policía de Aurora, Frank Fania.
Otro testigo dijo a CNN que escuchó entre diez y veinte disparos de armas de fuego y una explosión, mientras que otros hablaron de algún artefacto que generó humo dentro de la sala. Después sonó la alarma contra incendios y el público se apresuró hacia las salidas, lo que pudo haber causado más heridos por el pánico.
Una testigo declaró que vio a una niña de unos 9 años con heridas de bala en la espalda, mientras Benjamín Fernández, de 30 años, dijo que estaba viendo la película cuando escuchó una serie de explosiones y la gente salió corriendo de la sala.
La Policía de Aurora confirmó que los espectadores que estaban dentro del cine fueron trasladados al gimnasio de una escuela cercana para ser interrogados y ofrecerles ayuda psicológica y emocional. Aunque no se dieron detalles sobre el origen étnico o las nacionalidades de los jóvenes interrogados, el tiroteo ocurrió en una zona en la que el 3% de los residentes son hispanos y otro 30% son afroamericanos.
En breves declaraciones a los medios locales, el jefe de policía de Aurora, Dan Oates, indicó que los jóvenes serán interrogados "uno por uno" antes de que se les permita reunirse con sus padres. Oates también puntualizó que permanecerán en el gimnasio de la Escuela Gateway y no podrán regresar a sus vehículos, que todavía están en el estacionamiento del cine donde ocurrieron los hechos, por lo menos hasta la tarde de este viernes, debido a la posibilidad de que haya explosivos en su interior.
Los primeros jóvenes en completar el interrogatorio dieron versiones distintas del tiroteo, ya que mientras algunos indicaron que una sola persona sería responsable de la masacre, otros dijeron que por lo menos dos individuos realizaron disparos desde distintos lugares del cine. Sin embargo, según el jefe Oates, no existe evidencia de la presencia de una segunda persona.
Trampa explosiva La Policía cree que el apartamento de James Holmes, "es una trampa explosiva", por lo que evacuó la zona. ya que Holmes dijo a las autoridades que tenía explosivos en su domicilio cuando fue detenido. Una unidad de fuerzas especiales entró con cautela por las ventanas del apartamento, ayudados por cámaras de fibra óptica, en la tercera planta de un edificio, tras la confesión. Además de los explosivos, el presunto autor de los disparos podría almacenar en el apartamento munición y armas.