Algo diferente sucedía ayer en Garaio. Un caballero extrañamente ataviado, una submarinista enfundada en un bañador de antaño y una particular juez olímpica revolucionaban a propios y extraños en los alrededores del pantano ataviados en tonos azules que hacían sospechar que la cosa iba de agua y gritando a los presentes "¡Ánimo, que ése es el último trago que tomas!"
Normal. Porque la mayoría de los allí reunidos estaban listos para tomar parte en una especial jornada deportiva. La que les permitió sensibilizar de la necesidad de realizar un consumo responsable del agua a través de uno de los deportes que más necesitan de ella, un duatlón en versión reducida. Al menos, ésa era la intención con que la Agencia Vasca del Agua, URA, organizó esta prueba popular. Alrededor de 70 personas se inscribieron y derrotaron al frío que incluso amenazó al inicio de la mañana la disputa del evento. Pero la jornada mejoró y, a eso del mediodía, los participantes se iban acercando al entorno y los más curiosos respaldaban a los deportistas impulsados por el estrafalario trío de animadores.
Mientras, el director de Relaciones Institucionales e Innovación de URA, Enrique Urrutia, se mostraba satisfecho. "A veces sentimos que falta trasladar a la ciudadanía lo que hacen las instituciones por la falta de comunicación. Ésta nos pareció una buena forma de hacerlo uniendo familia, deporte y medio ambiente", explicó.
Además, alabó la sensibilidad de los vascos en cuanto al buen uso del agua. "La ciudadanía está muy concienciada y, de hecho, mucha gente ya pone medios para ahorrar, entendiéndolo como una cuestión de calidad. Tenemos agua y hay que cuidarla porque es de todos", felicitó a la sociedad apuntando que, en Álava, actualmente se consumen unos 119 litros por persona y día en comparación con hace unos años, cuando se empleaban 200 litros. Y, además, agua buena. "Tenemos una calidad espléndida y hemos recuperado masas hídricas. La industria ha hecho que no hayamos tenido seguro si podíamos bañarnos en algunas zonas, pero eso ya no es así, como se demuestra aquí", señaló.
Y a juzgar por la forma de nadar de Paul Bereziartua, primer clasificado en la categoría de niños, así lo parece. Este joven de Durango se mostraba satisfecho tras cruzar el primero la línea de meta. "La transición se me ha hecho un poco difícil porque me he liado, pero lo demás ha ido bien", explicaba asegurando que él también trata de emplear de forma eficiente el agua en su casa "intentando no usar demasiada".
Entre campeones Más concreta se mostraba la que fuera campeona mundial de triatlón de larga distancia en 2003 y única mujer española que ha subido al podio del Iroman de Hawaii, Virginia Berasategi. "A mí desde que me dijeron que el lavavajillas ahorraba mucha, me quedé encantada", bromeaba. Y, después, más en serio, apoyaba esta serie de iniciativas que "combinan la concienciación del uso del agua, con el deporte, el medio ambiente, la naturaleza y la posibilidad de hacerlo en distintas ubicaciones para que las familias se animen a participar en algo diferente y los niños a dejar la play". Y su sola presencia, a buen seguro, motivó a más de uno a retarse a sí mismo. Aunque, cómo no, finalmente se proclamó la primera fémina en cruzar la meta en la categoría de adultos, seguida por Ainhoa Irure y Elena Loyo y quinta en la general.
Un triunfo que, a buen seguro, también se habría llevado el vitoriano y campeón del mundo de larga distancia en 2003 y segundo en el Ironman de Hawaii 2008 Eneko Llanos si hubiera participado en lugar de optar por ocupar un discreto segundo plano para animar a los chavales que rompieron el fuego de la prueba. Así las cosas, el triunfo en hombres, al final, fue para Urko Berdud, seguido de Roberto Flores y Asier de la Torre.
La cosa cambiará en dos semanas cuando la cita se traslade a Vitoria en forma de Campeonato del Mundo de Triatlón. Entonces tanto Eneko Llanos como Virginia Berasategi serán de nuevo protagonistas. Pero esta vez sí que tendrán que sudar el triunfo, gota a gota.