Vitoria. La ola de calor que está afectando estos días al territorio ya tiene sus primeros efectos en el campo. Y es que, a pesar de que la campaña de cereal no suele llegar hasta pasada la primera semana de julio, lo cierto es que las cosechadoras de algunas localidades ya han entrado a las tierras a recoger los primeros granos.
Precisamente, las altas temperaturas han sido las causantes de este adelanto de la campaña de casi dos semanas en zonas de las cuadrillas de la Rioja Alavesa, Añana y la Llanada. A pesar de que apenas si se ha empezado la recolección, lo que sí es cierto es que las circunstancias han obligado a los agricultores a acelerar los tiempos antes de que estropeara la cosecha.
Sobre todo, en el caso del trigo cuyo ciclo de recolección suele ser más largo y al que la ausencia de precipitaciones puede afectar más. Así, al menos, lo aseguran expertos como el director comercial de la cooperativa Garlan Lorenzo Martínez de Salinas, que señala que "hace dos semanas confiábamos en una buena calidad y cantidad pero estos días de calor han podido dañarlo algo". De esta forma, parecen señalarlo los primeros indicadores, aunque desde el campo reconocen que todavía es pronto para saber cómo terminará la campaña.
De hecho, el portavoz de Sagral, Ángel Cruz, tranquiliza y augura "una buena cosecha y de calidad" a tenor de los primeros resultados. Lo cierto es que, hasta la fecha, esta cooperativa sólo ha recogido las cebadas tempranas que suelen llegar en torno a diez días antes que el resto de las gramíneas y afirma que la producción en Rioja Alavesa está siendo regular, mientras que en Agurain está resultando mejor.
Y aunque el trigo será el que sufra los estragos del calor de forma más aguda, mejor suerte correrán la avena y la cebada, que gozarán de una buena cosecha puesto que el ciclo se ha cumplido de forma conveniente y su recogida, al ser más rápida, no se verá tan influenciada por la climatología de los próximos días. Por su parte, los resultados del trigo quedan más a expensas de si el calor sigue apretando de tal manera que los agricultores tengan que hacer horas extras para que no se eche a perder.
generalización Algo que se sabrá más adelante. Y es que, a pesar de que la temporada ha arrancado sólo en lugares puntuales del territorio, se espera que para mediados de julio se generalice a toda la provincia. Mientras tanto, el campo alavés mira al cielo esperando que las temperaturas templen algo y el pedrisco o la lluvia no hundan la producción existente. Hasta la fecha, las primeras toneladas recolectadas permiten ser optimistas aunque todavía es pronto para hablar de resultados y rendimientos generales.
Lo mismo sucede con los precios que en la actualidad rondan los 200 ó 210 euros por tonelada y permiten ser optimistas por el momento. Aunque los expertos señalan que todavía no se pueden lanzar las campanas al vuelo, puesto que no será hasta finales de agosto o principios de septiembre cuando se fijen los pagos del cereal, fecha hasta la que pueden producirse grandes fluctuaciones.
El año pasado las mejores cosechas tuvieron lugar en la zona de Valles Alaveses en una cosecha muy satisfactoria, mientras que la cebada maltera destacó por su excelente calidad y la avena, en cambio, se vio castigada por el pedrisco. De hecho, se cifraron alrededor de un total de 144.000 toneladas de trigo, 75.000 de cebada y 25.000 de avena.