Vitoria. Cercenarle un 86% del presupuesto y emplazarle, en pleno secano económico, a salvaguardar su futuro en la búsqueda de patrocinadores era ya más de media condena al proyecto de Gauekoak. "El Ayuntamiento no puede soportar él solo la continuidad", aseguró ayer la consejera de Cultura en la comisión del ramo. Es decir, que en septiembre Gauekoak echa la persiana a más de una década de trabajo.
Porque Serrano asegura que no pueden aportarse los 40.000 euros que servirían para aguantar esos tres meses, a la espera de que los fallos de algunas ayudas puedan complementar esos fondos. En esa kafkiana situación se encuentran los responsables de la federación. No pueden programar, porque no saben si recibirán las ayudas externas, y el ente municipal no les aporta una mínima seguridad económica, la que permitiría "mantener el equipo de trabajo".
Más allá del último trimestre, todo apunta al mismo escenario. El Plan Nacional de Drogas otorga cada año al programa de ocio 110.000 euros, una ayuda que hay que solicitar en septiembre y que el Ayuntamiento no va a pedir, dando la puntilla definitiva al proyecto.
Salvo que la situación se revierta -el edil Iñaki Prusilla pidió ayer que se eche mano, por ejemplo, de gasto corriente-, los responsables de Gauekoak no podrán mantener ese equipo de trabajo, anunciarán una suerte de despedida, acabarán con su programa de actividades y mantendrán la federación "en estado latente". ¿Y en 2013? "Si el tema se enfría es muy difícil que pueda seguir", aseguró el presidente de Gauekoak, Fernando Iglesias.
Serrano lamentó que el esfuerzo en la búsqueda de espónsores haya sido baldío y ofreció centros cívicos, Montehermoso y personal municipal para apoyar la actividad de Gauekoak. "A lo mejor es el momento de apostar por la autogestión", afirmó, suponemos que sin hacer una llamada libertaria a la unificación de los medios de producción, al estilo anarquista del concepto.