vitoria. Los socialistas de Burgos y el grupo del PSOE en las Cortes de Castilla y León reclamaron ayer la paralización del fracking, que el Gobierno de Juan Vicente Herrera pretende implantar en las regiones de Las Merindades, La Bureba y la sierra de Pinares. El posicionamiento de los socialistas pone en un aprieto a sus compañeros vascos, que impulsan un proyecto mucho más avanzado en Álava y de paso saca a relucir una vez más las habituales contradicciones en las que el Estado de las Autonomías hace caer a los dos grandes partidos estatales.

En Euskadi gobierna el PSE, que el pasado otoño planteó la aplicación del fracking como un proyecto estrella luego atemperado por la fuerte oposición social generada, y el PP viró desde el apoyo inicial al proyecto al rechazo del popular Ayuntamiento de Vitoria.

En Castilla y León gobierna el PP, promotor de la fractura hidráulica en la comunidad vecina, y es el PSOE el que alerta del "alto riesgo" medioambiental de una práctica que trae consigo el riesgo de que "el metano se filtre a redes de abastecimiento de agua", según Ana Muñoz, portavoz socialista en las Cortes de Valladolid. El diputado en Madrid y secretario provincial del PSOE de Burgos, Luis Tudanca, alertó por su parte de que el fracking puede generar microseísmos que podrían afectar a la central nuclear de Garoña.