Vitoria. Aunque asimilada al santoral cristiano desde hace siglos, la fiesta de San Juan es uno de los escasos vestigios del animismo que han llegado casi intactos al descreído, individualista y cínico siglo XXI. En la noche de las hogueras se venera al sol y al agua como los elementos que hacen posible la vida, y al fuego como herramienta de purificación. Es la noche del año en la que los alaveses dejan salir su habitualmente soterrado pero nunca vencido espíritu tribal, y en un ambiente de carnalidad, optimismo y comunión con la Naturaleza celebran que por muy malo que haya sido el invierno, el estío siempre llega puntual a su cita.

En unos tiempos difíciles para el común de los habitantes del territorio, las hogueras, a las que desde la Prehistoria se arroja de forma simbólica todo lo malo que se quiere dejar atrás, van a arder mañana al atardecer como las piras del averno, para acometer así la celebración posterior con la vista exclusivamente puesta en un futuro aún por escribir.

Todo Álava -y casi todo el Planeta- va a participar del rito purificador. En los barrios vitorianos de Judimendi y Lakua-Arriaga San Juan es fiesta mayor. En el primero de ellos la oferta para el fin de semana incluye concursos de tortilla, triki-poteo, kalejiras, conciertos, morcillada, bailes, txosnas y hasta lanzamiento de paletilla. En Arriaga habrá trikitixas, fiesta de la espuma, un torneo de fútbol, caldereta de carne guisada, gaitas, fanfarres, chocolatada o hinchables para los más pequeños.

La cuadrilla de Agurain también celebrará por todo lo alto el simbólico solsticio de verano -el real se produjo en la madrugada de ayer-. Albeniz será la primera en organizar actos en honor a San Juan. Tras el txupinazo de esta tarde se celebrarán una barbacoa popular amenizada por el grupo de trikitixas de Asparrena, y mañana el programa de actos incluye un responso por los difuntos en el cementerio, una misa en la ermita de San Juan de Amamio y la tradicional romería a Los catorce árboles.

En Agurain, por su parte, el frontón viejo acogerá el torneo de pelota mixto organizado por el Club de Pelota Lezao. Kalejiras de dantzaris, euskal dantza, txistularis y el coro Eguzkilore aportarán la música a la fiesta antes de la tradicional plantada del chopo en la plaza de San Juan. Los jóvenes del municipio cargan con el árbol y lo trasladan hasta la plaza donde, después de asegurarlo con cuerdas, lo elevan para insertarlo en el agujero. El árbol mide de diez a quince metros, que un joven de la localidad recorrerá para soltar las sogas que lo sujetan en la izada. La mañana del día 24 de junio se iniciará a las 7.00 horas con la romería a Arrizala.

Un año más el Ayuntamiento obsequiará a los vecinos con el tradicional reparto de vino durante la celebración de la merienda popular. Cientos de personas se reúnen en torno a cazuelas de bacalao, ternera guisada o tortillas de patata. Además de Agurain otras localidades de la comarca celebrarán fiestas en honor a San Juan, como Ozaeta, Audikana, o Dulantzi.

En Ayala tampoco dejan pasar el tránsito al verano como una jornada más. Amurrio va a celebrar en el parque temático de las energías renovables de Aresketamendi la fiesta del solsticio, que la localidad quiere impulsar como un compendio de diversión, educación y medio ambiente. Como novedad este año se va a contar con la banda txiki de la escuela municipal de música que deleitará al personal con un original concierto. También en Ayala, Artziniega se sumará a la fiesta con su tradicional pasacalles a cargo de Akerbeltz, Herensugea, Katalingorri, Ipurtargi y Barraskilo -macho cabrío, dragón, mariquita, luciérnaga y caracol- , animales tradicionales en la cultura vasca que la asociación etnográfica Artea de Artziniega saca a desfilar todos los años por estas fechas.

En la capital de la Rioja Alavesa las fiestas de San Juan son en realidad las fiestas de San Juan y San Pedro. El txupinazo y el descorche de champán, los gaiteros y la banda municipal, y el tremolar de la bandera son aspectos típicos de unas fiestas, las de Laguardia, cuyas peñas se encargan de mantener vivas las 24 horas del día.