Vitoria. Por distintos motivos, Catalunya y Euskadi son las dos únicas comunidades que le han exigido al ministro de Educación, José Ignacio Wert, que se replantee los cambios introducidos en el proyecto de reforma de Educación para la Ciudadanía (EpC). Catalunya solicitó ayer en la reunión celebrada en Madrid que se elimine del temario la referencia al "nacionalismo excluyente" que aparece al lado del "terrorismo, fundamentalismos religiosos o estados fallidos" como problema mundial. Y Euskadi se plantó ante la intención del ministro de eliminar la "cultura de la paz y el diálogo" del temario ya que choca directamente con el Plan de Convivencia Democrática -que ha llevado el testimonio de las víctimas del terrorismo a las aulas-, merced al acuerdo suscrito en la CAV por los socialistas y populares vascos. Por este motivo, la consejera de Educación, Isabel Celaá, pidió ayer a Wert que retire la reforma de EpC y abra "un proceso de diálogo que busque consensuar los cambios que pretende realizar".
A su salida de la larga reunión de ayer, el ministro accedió a la petición de la consejera catalana de quitar del temario el término de "nacionalismo excluyente" debido a su "falta de rigor y valor académico". Y es que, como explicó Irene Rigau, "en Catalunya, cuando se habla de nacionalismo excluyente todo el mundo piensa que se habla del nacionalismo español".
Ahora falta comprobar si Wert atiende la reclamación de la consejera vasca, que salió muy molesta de la Conferencia Sectorial de Educación, en cuyo orden del día figuraban los cambios sobre la política de becas y el nuevo modelo de FP dual, aunque el debate se centró en las modificaciones en el currículum de la materia de Ciudadanía.
El departamento de Educación informó a través de una nota de que Celaá considera que los cambios del PP van más allá de los planteamientos ideológicos, resultan "incomprensibles" en Euskadi. "No compartimos que se eliminen ideas como la empatía con las víctimas y la cultura de la paz o el diálogo como forma de resolver conflictos del currículum de la asignatura", explicó la consejera.
"Educación para la Ciudadanía es un terreno de mucho acuerdo en Euskadi, es ahí precisamente donde hemos introducido la empatía hacia las víctimas y el fomento de la convivencia", detalló Celaá. Según Educación, el ministerio ha planteado toda una serie de modificaciones "pero sin acompañarla de una exposición razonada de por qué se llevan a cabo todos estos cambios". Entrando a analizar el detalle de la modificación, se han eliminado contenidos como el valor del diálogo o la forma apropiada para encarar la resolución de conflictos, la empatía, el rechazo a la violencia como solución a los conflictos interpersonales y el desarrollo de una actitud contraria a la misma entre otros puntos. "Se trata de una modificación puramente ideológica para satisfacer al sector más conservador de la derecha española y que no tiene en cuenta para nada la realidad de la Educación vasca", valoró Celaá.
Sin embargo, y como el Gobierno Vasco tiene la posibilidad de añadir un 45% de texto adicional a los currículos de todas las asignaturas, Isabel Celaá anunció que "haremos uso de las herramientas de nuestro autogobierno para garantizar a las familias que estas modificaciones no tendrán efecto sobre nuestro sistema educativo".
Cabe destacar que el día después del histórico plante de los rectores de las universidades al ministro de Educación, José Ignacio Wert, por negarse a debatir el decreto con los ajustes en el ámbito educativo no sirvió para tender puentes. Es más, el respeto institucional que siempre ha presidido la relación entre la Universidad y los distintos gobiernos no solo brilló por su ausencia, sino que la distancia que el plantón rectoral dejó al descubierto se torno ayer en divorcio. Ni los rectores aceptan las acusaciones de Wert sobre su "poca altura" por su falta de compromiso con el principio de austeridad; ni el PP comparte la "pataleta" de los rectores y que ha devenido en una papeleta importante para el ministro.
Si de algo ha servido esta guerra fría es para conocer que la urgencia con que se redactó el real-decreto del 20 de abril, mediante el que el Gobierno de Mariano Rajoy pretende ahorrar 3.000 millones de euros en educación, ha provocado que el texto esté plagado de defectos de forma que impiden su aplicación. Así lo desveló ayer la presidenta de la Conferencia de Rectores Universitarios de España (CRUE), Adelaida de la Calle, quien reiteró su reprobación contra Wert por su "falta de respeto" al ignorar la petición unánime de la CRUE de convocar un Consejo de Universidades Extraordinario.