Vitoria. Dentro del vastísimo trabajo que supone presentar, analizar y complementar la estrategia de una comunidad autónoma en materia de energía para toda una década, la búsqueda de gas no convencional en suelo vasco mediante la fractura hidráulica, el fracking, pasó casi de incógnito el miércoles por el Parlamento Vasco. En toda una jornada de debate sobre la influencia de la coyuntura económica en la política energética, la carestía de las renovables, la eficiencia energética, el coche eléctrico o el papel de la biomasa en el futuro, la llegada del fracking a Euskadi no consumió más que unos pocos minutos de la larguísima Comisión de Industria que aprobó la Estrategia Energética de Euskadi hasta 2020, pero sin embargo recibió un importante impulso político.
Tras una presentación por parte del Departamento de Industria en la que la apuesta por esta técnica sólo salió a relucir para explicar que las empresas vascas podrán participar económicamente de su expansión por Álava, tres de las cuatro formaciones que participan en la comisión presentaron iniciativas con respecto al proyecto que lidera el EVE.
Aralar, el grupo cuyas propuestas recabaron más rechazo por cuestionar el modelo en el que se sustenta toda la estrategia del Gobierno, planteó sin éxito la renuncia a la búsqueda de gas no convencional en Euskadi. A continuación, el PNV presentó su batería de propuestas, una docena, de las que sólo dos fueron rechazadas. Una establecía objetivos concretos para la implantación del coche eléctrico, la otra pedía una moratoria a la práctica del fracking. La jeltzale Estibaliz Hernáez proponía además la creación de una comisión científica que supervise la evolución de la tecnología de la fractura hidráulica, "en especial la reducción de los impactos ambientales y la eliminación de los riesgos actuales".
Asimismo, reclamaba someter todos los proyectos de exploración de gas pizarra a procesos de evaluación de impacto ambiental -los dos sondeos exploratorios previstos de forma más inminente, los de Subijana, están exentos por el momento de tales fiscalizaciones-, y abogaba por actuar "bajo el principio de transparencia, con posibilidad de acceso a la totalidad de la información que maneje el Gobierno". En ese sentido, la práctica totalidad de las respuestas del Departamento de Industria a preguntas parlamentarias con respecto al fracking no están accesibles en la web de la Cámara por petición expresa del Ejecutivo. Las propuestas nacionalistas no prosperaron porque PSE y PP votaron en contra.
Por último, los socialistas instaron al Gobierno Vasco a que "explore todos los recursos energéticos de la CAPV, incluidos los gasísticos, teniendo en cuenta la viabilidad técnica, económica y con plenas garantías de preservación del medio ambiente". En esta ocasión, el PNV, a quien habían tumbado su iniciativa sobre la moratoria, votó a favor de la exploración del gas; y el PP, que había contribuido a evitar esa paralización temporal del proyecto, se abstuvo.
El resultado es que el 90% de la Cámara respalda la apuesta por el fracking, aunque cada cual con sus matices. El PNV, principalmente en Álava, se ha mostrado beligerante con el proyecto liderado por los socialistas, pero no quiere cerrar las puertas a la idea de forma definitiva. Por el momento, al menos en el territorio afectado, su posición pasa por evitar que los pozos atraviesen el acuífero de Subijana.
Desde el PSE, la parlamentaria Natalia Rojo explicaba ayer a DNA el sentido de su propuesta y de sus votos en la comisión del miércoles. En lo relativo a rechazar la moratoria al fracking propuesta por el PNV, los socialistas creen que "no es el momento" de pedirla "porque estamos en un proceso de exploración, todavía no se sabe si va a salir adelante y es prematuro pronunciarse". En cuanto a su exhorto al Gobierno para que investigue todas las posibilidades energéticas, incluida la extracción de gas, Rojo considera que "una comunidad está obligada a explorar todos sus recursos siempre que se preserven todas las garantías medioambientales", y explicaba que así lo subrayó en su propuesta.
Desde el PP, María del Carmen López de Ocáriz afirmó haberse abstenido en esa propuesta socialista porque "no tiene nada de novedoso", y aseguró que su grupo rechaza apoyar de forma expresa la fractura hidráulica porque creen que se está actuando sin la suficiente transparencia. "Ni siquiera los técnicos del Ayuntamiento de Vitoria y de la Diputación alavesa tienen información para redactar un informe en condiciones", criticó. En cuanto a la moratoria propuesta por el PNV contra la que votó, López de Ocáriz aseguró que los jeltzales no quisieron concretar la medida, y por ello concluyó que lo que pretendían es "ganar tiempo porque no tienen un criterio común en la Diputación, el Parlamento y el Ayuntamiento de Vitoria", y porque "fueron ellos los que iniciaron este proyecto, el PSE se lo encontró sobre la mesa".
Por último, Dani Maeztu, de Aralar, dijo estar a favor de que se exploren las posibilidades energéticas del territorio, "pero según cómo se haga", y en ese sentido afirmó que su formación rechaza el fracking "por su impacto" sobre el medio ambiente y porque "los riesgos están ahí". Maeztu cree necesario encontrar "una energía de transición" que enlace el fin de la era del petróleo con el principio de la de las energías limpias, pero censura que el plan del Ejecutivo "no va hacia un escenario 100% renovable".