Vitoria/Bilbao. Junto a los timos de Correos, cartas nigerianas y el del coche de alquiler, referidos por este diario tras tener conocimiento de su incidencia en la capital alavesa, efectivos de la Ertzaintza documentaron ayer la actividad de un presunto estafador que ha sabido sacar partido a su desvergüenza y habilidad en los últimos años, tanto en la urbe gasteiztarra como en otras ciudades y localidades menores de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV). Según indicaron fuentes del Departamento vasco de Interior, los agentes de la Policía autonómica han detenido en la localidad vizcaína de Etxebarri a un joven de 25 años acusado de estafar en los últimos dos años más de 40.000 euros en repuestos de coche a comercios de Euskadi y uno de Cantabria, a los que hacía pedidos que no pagaba y luego revendía a un precio inferior.

Según informaron ayer los citados portavoces, el arresto de este individuo, que cuenta con antecedentes por estafa, robo y maltrato familiar, se produjo el lunes en una vivienda de la citada villa tras una investigación policial en relación a 14 denuncias recogidas en su comisaría de Vitoria, además de en las de Bilbao, Basauri, Galdakao, Gernika, Getxo, Balmaseda, Irun y Eibar. El modus operandi del imputado era efectivo. De hecho, el arrestado actuaba presuntamente a través de una empresa constituida legalmente en 2010 bajo la denominación de Motor Sport Galdakao, pero que nunca ejerció actividad comercial. Además, alquiló un pabellón en la localidad vizcaína de Galdakao del que fue desalojado por impago en mayo del ejercicio de 2011.

Según puso de manifiesto la investigación policial, el detenido utilizaba la citada marca comercial para efectuar pedidos de neumáticos por un valor de entre 250 y 2.000 euros. En otra ocasión adquirió equipos de navegación GPS por valor de 3.000 euros y en otro establecimiento el pedido consistió en productos informáticos de última generación relacionados con el mundo del automóvil.

El individuo, que en uno de los comercios acumuló una deuda de 13.000 euros, usaba cuatro teléfonos móviles como contacto de la empresa, una cuenta de correo electrónico, un Número de Identificación Fiscal (NIF) y una cuenta bancaria, lo que ofrecía credibilidad de pago a los proveedores. El presunto estafador, que mantenía la cuenta siempre descubierta de fondos, revendía los pedidos que no pagaba a un precio inferior a otros establecimientos del sector. El beneficio así era fácil.

Las mismas fuentes han indicado que pese a que la estafa en Cantabria no llegó a ser denunciada, los investigadores de la Ertzaintza averiguaron que un establecimiento, ubicado en la costa oriental de aquella comunidad autónoma sufrió impagos por un valor superior a los 20.000 euros. La Policía autonómica ya había detenido con anterioridad a este individuo por alguno de los hechos investigados, pero tras el trabajo policial desarrollado, el cuerpo policial ha decidido reunir todas las denuncias presentadas en un único atestado y formalizar una acusación contra el arrestado por un delito de estafa continuada.

Violencia de género En otro orden de cosas, la sinrazón machista ha vuelto a dejar un titular nefasto. De hecho, el Departamento municipal de Seguridad Ciudadana informa que sobre las 00.49 horas de ayer, agentes de Policía Local detuvieron a un varón de 31 años acusado de ser el presunto autor de un delito de violencia de género hacia su pareja.

Al parecer, una llamada a la Central de Operaciones del citado cuerpo policial en el barrio de Aguirrelanda alertó de que se estaba produciendo una violenta discusión en un domicilio del barrio de Salburua de la capital alavesa. La patrulla desplazada al lugar de los hechos, tras las comprobaciones pertinentes, detuvo al varón y lo trasladó a dependencias policiales para su posterior puesta a disposición judicial.