Vitoria. Las ruedas que hacían girar el pujante negocio del ladrillo han desacelerado progresivamente en Álava hasta detenerse por completo. El resultado es que no hay ni una sola promoción iniciada a lo largo de 2012 dentro del territorio. Ni VPO privada, ni concertada. Tampoco viviendas sociales, ni tasadas, ni sujetas a calificación administrativa. La provincia, tras los años de expansión urbanística a lo largo y ancho de los nuevos barrios de Vitoria, ha dicho basta. Todavía quedan muchos edificios por rematar, multitud de grúas erguidas y un amplio número de pisos por entregar, aunque el problema fundamental para el Departamento vasco de Vivienda consiste ahora en dar con ciudadanos interesados y que cumplan con los perfiles requeridos suficientes para llenar los inmuebles que avanzan, lentamente, hacia el reparto final de llaves. Mientras tanto, el contador de viviendas cuya construcción se haya iniciado en el presente año continua a cero.

El boom del ladrillo, que se prolongó durante muchos años, tuvo notables repercusiones en el territorio que se extendieron hasta el sector público. Se desató la fiebre por construir y el número de promociones privadas de VPO tocó techo en 2006, con nada menos que 2.822 pisos iniciados. A medida que avanzaba el tiempo y la crisis aumentaba de tamaño en el horizonte, el fuelle constructivo se fue desinflando. Un total de 1.951 casas de promociones privadas comenzadas en 2007, 1.824 en 2008, 1.413 en 2009, 1.175 en 2010, 782 en 2011 y cero en 2012.

Las cifras de VPO concertada con el Departamento de Vivienda sufrieron más altibajos durante este mismo periodo. Llegaron a su máximo histórico en 2007, ejercicio en el que se dio el pistoletazo de salida a promociones con 896 pisos. A partir de entonces, declive. 658 en 2008, 90 en 2009, 256 en 2010, 92 en 2011 y, finalmente, cero en 2012.

El actual comportamiento del cemento protegido en Álava parece obedecer más a la saturación que a la crisis económica. El territorio no necesita de más VPO, ya que tanto Bizkaia como Gipuzkoa han seguido alimentando la hormigonera durante este año. En concreto, los vizcaínos han echado a andar 155 obras públicas y los guipuzcoanos, 90.

El capítulo de las viviendas sociales tampoco manifiesta síntomas de actividad ni en Álava ni en Gipuzkoa en el presente ejercicio. En Bizkaia, se ha registrado una moderada diligencia con cuatro decenas de promociones, pero en general, la CAV vive también un cierto letargo dentro de este apartado. Entre todas las tipologías habitacionales que impulsa el Ejecutivo de Lakua, VPO, viviendas sociales, alojamientos dotacionales y viviendas tasadas, Bizkaia lidera el ranking con 195 obras iniciadas. Le sigue Gipuzkoa, con 90, y Álava no llega ni siquiera a computar en el listado.

sin beneficios En el último informe elaborado por el Observatorio Vasco de la Vivienda, organismo dependiente del Gobierno Vasco, también se recogen los datos correspondientes a las promociones libres hasta el año pasado. En 2011, Gipuzkoa inició 2.306 viviendas de este tipo, Bizkaia 2.025 y Álava tan sólo 473. Otro indicador que evidencia que el negocio del ladrillo en el territorio, al menos de momento, ha dejado de generar los dividendos de otros tiempos.

El alquiler social, uno de los capítulos que mayor interés han suscitado tradicionalmente dentro de los colectivos sociales que trabajan en el campo de la vivienda, tampoco ha recibido impulsos este año en la provincia. De hecho, desde 2008, año en que se ejecutaron 14 promociones privadas de VPO y 64 concertadas con el Departamento de Vivienda, no se ha iniciado ni una sola obra con vistas a destinarse a arrendamientos públicos en la provincia. Bizkaia y Gipuzkoa muestran los mismos síntomas de total apatía dentro de este mismo apartado.

Al sacar la lupa y analizar a fondo el mapa de la comunidad autónoma, el documento facilitado por el Observatorio de la Vivienda revela que, en lo que a VPO se refiere, sólo se han iniciado proyectos en tres enclaves a lo largo del año en curso. 60 de ellos emplazados dentro del eje Beasain-Zumarraga, 155 diseminados por el ámbito del Bilbao metropolitano y los 30 restantes en la ciudad de Donostia. Ni uno más.