Una nueva modalidad de estafa ha llegado a Álava tras recorrer distintas provincias. Ya se la conoce como el timo de Correos y su funcionamiento se basa en una trama que, a pesar de su gran complejidad, funciona. Como siempre sucede en estos casos, una fachada de oportunidad irresistible acaba envolviendo un interior de engaño intrincado y casi imposible de desenmarañar. Una cierta dosis de ingenuidad por parte de la víctima remata el cóctel necesario para que el engaño cobre forma y acabe en denuncia. Correos, organismo que se ve colateralmente afectado por la mecánica de la trampa, ya ha tomado nota y trata de advertir a los usuarios de que no se dejen tentar por este tipo de presuntos chollos. Todo arranca con un anuncio. Generalmente en Internet, ya que resulta gratuito, complicado de rastrear y llega a un buen número de personas. Se publicita la venta de un vehículo particular. La víctima, residente en un municipio alavés, considera que aquello es una ganga y decide lanzarse a su captura. Marca el número del teléfono móvil que aparece en el enunciado y pone en funcionamiento la treta.
El anunciante reside en una comunidad algo alejada de Álava, concretamente en Galicia. Explica que el coche en cuestión está impecable y adjunta una serie de fotografías -la Red es una fuente inagotable de imágenes-. Necesita el dinero y no se fía de las transferencias. Está dispuesto a llevar el turismo hasta la misma puerta del comprador, pero quiere que se le pague en mano. Todo en metálico. Si no, no hay trato.
El adquiriente no tiene ningún problema. Dispone del dinero contante y sonante y está dispuesto a cerrar la compraventa cuanto antes. Sin embargo, el vendedor tiene alguna que otra reticencia. No se fía de que tenga el dinero y no quiere hacer el viaje en balde desde Galicia, con los gastos que ello supone en carburante y peajes, para regresar con el rabo entre las piernas. Reclama una garantía de solvencia. Se activa la segunda fase del ardid.
¿Y cómo se demuestra dicha solvencia? Sencillo. El vendedor insta al comprador a realizar un giro postal en alguna oficina de Correos a favor de su propia mujer -o de cualquier otro familiar suyo- por el importe del precio pactado. Una vez realizado, le solicita que le envíe por fax una copia del resguardo para comprobar que, efectivamente, dispone del dinero.
Llegados a este punto conviene aclarar cómo funcionan estos giros postales. Una persona se dirige a Correos, entrega el dinero y realiza el trámite a favor de alguien, a cambio de lo cual recibe un resguardo. Únicamente el beneficiario del giro puede cobrarlo en cualquier oficina de Correos del Estado presentando su DNI y comunicando la clave que contiene el recibo del giro. Así las cosas, el comprador accede. Realiza un giro postal a favor de su mujer, recoge el justificante y lo envía a Galicia vía fax. Todo correcto. Acaba de demostrar su solvencia. Acto seguido, envía a su mujer a Correos para que retire el dinero porque lo necesitará para pagar, en mano, el vehículo. La sorpresa llegará en cuestión de una hora, más o menos. El tiempo necesario para que la esposa vaya a la oficina y compruebe que alguien ha cobrado ya el giro postal. El dinero ha volado.
Obviamente, el teléfono del vendedor ya no está operativo. El timador, pertrechado con una extensa plantilla de DNIs falsos, tiene preparada la documentación y la rellena a toda prisa con los datos de la beneficiaria nada más recibir el resguardo. A continuación, se dirige rápidamente a una oficina y, junto con la clave de seguridad que consta en el justificante recibido por fax, cobra el giro. Los empleados de Correos no son funcionarios de aduanas expertos en falsificaciones y aceptan una identificación que parece verdadera. El fraude ha concluido.
Coches de alquiler Las compañías de seguros también han registrado un notable incremento de los casos de accidentes fraudulentos con un nuevo matiz añadido. Siniestros organizados por los implicados con la intención de cobrar indemnizaciones millonarias por parte de los seguros. Hasta ahora, los autores de esta modalidad de estafa empleaban sus propios vehículos para llevar a cabo la reconstrucción de los choques, pero aquello les obligaba a costear la reparación, por leve que fuera, del turismo que golpeaba y que generalmente tenía un seguro a terceros. Ahora, para no dejar flecos sueltos, las aseguradoras han descubierto que emplean coches de alquiler. El descaro con el que actúan algunos de ellos, cuyos datos aparecen de forma regular como víctimas en los atestados, ha llamado la atención de las compañías que, en algunos casos, han decidido cortar por lo sano y no pagar indemnizaciones sospechosas.
Petición de información Con el fin de prevenir a los vecinos de Vitoria, sobre todo a las personas mayores, el grupo municipal del PNV ha propuesto al equipo de gobierno que la web del Ayuntamiento disponga de un apartado dedicado a la prevención de timos y fraudes. Hasta el momento, la única formación preventiva que facilita el Consistorio es la que se lleva a cabo en los centros socioculturales de la tercera edad y con la medida planteada por los jeltzales se pretende, según explicó la portavoz del PNV Nerea Melgosa "ampliar los recursos informativos para quienes no acuden a estos equipamientos".