GASTEIZ. Etxebarria ha comparecido este viernes ante la comisión de investigación del Parlamento vasco sobre los 'bebes robados' y adopciones irregulares registrados entre 1940 y 1990, que, según la asociación de afectados por este problema, ascienden a 600 casos en Euskadi.
En su intervención, ha asegurado que no existen evidencias de que se hayan registrado robos de bebés entendidos como tales, es decir, que se hayan "quitado" los recién nacidos a las madres sin su consentimiento.
Lo que sí se habría producido, a su juicio, son "irregularidades administrativas", como la ausencia del ginecólogo en el momento del nacimiento, o incluso algunas prácticas que "no eran completamente legales". Sin embargo, ha destacado que todo hace indicar que estas situaciones siempre se producían en casos de mujeres que "querían entregar a sus hijos en adopción".
Etxebarria ha considerado que es "prácticamente imposible" que se hayan arrebatado bebés a madres que deseaban quedarse con sus hijos, especialmente en centros sanitarios públicos.
EXHUMACIONES
El presidente de Aranzadi se ha referido a las exhumaciones que se han realizado en el País Vasco para determinar si, en algunos casos en los que se había asegurado a las madres que sus hijos habían nacido muertos, los ataúdes se habían enterrado vacíos.
Etxebarria ha afirmado que aunque se ha hablado de la constatación de que los ataúdes estaban vacíos, esto no es en realidad así. Según ha explicado, lo que no se encontró en su interior es restos humanos completos, algo que, a su juicio, no tiene por qué ser extraño, puesto que el escaso grado de desarrollo de un bebé hace que, con el tiempo transcurrido, el cadáver se haya podido descomponer casi por completo.
Además, ha indicado que en algunos casos se han encontrado pulseras u otros objetos, así como restos biológicos, que podrían apuntar a que los recién nacidos fueron enterrados en los ataúdes.
"NO HAY HUESOS"
El jefe del Servicio de Patología del Instituto Vasco de Medicina Legal, Luis Miguel Querejeta, quien también ha comparecido ante la comisión, ha rebatido en parte esta última tesis planteada por Etxebarria.
Según ha afirmado, en dos exhumaciones a las que ha asistido no se han detectado restos óseos, algo ante lo que la única "conclusión razonable" es que en esos ataúdes nunca llegó a haber huesos.
Querejeta ha explicado que en estos casos no existía ninguna circunstancia -atmosférica o de otro tipo_que pudiera justificar la "completa desaparición" de los huesos. Tal y como ha explicad, en circunstancias normales, como éstas, las estructuras óseas, con el paso del tiempo, "sufren un proceso de degradación", pero "no desaparecen".