MURCIA. No obstante, la mayoría de estas personas, hasta 355, fueron atendidas en los seis primeros meses tras lo terremotos y los 40 restantes han sido tratados desde noviembre hasta la actualidad. De hecho, Martín puntualiza que la cifra de pacientes ha decaído hasta cifras "marginales" en los últimos meses.
La mayor afluencia de pacientes se dio en los primeros meses tras el terremoto, con 109 atendidos en junio y 85 en julio, mientras que en adelante comenzó a bajar el número, de forma que en agosto se contabilizaron 51 pacientes; 52 en septiembre; 31 en octubre; y 27 en noviembre. Posteriormente, ningún mes ha superado la decena de casos.
Por establecer una comparación, Martín señala que el Centro de Salud Mental de Lorca solía atender, antes del terremoto, 1.000 casos nuevos anualmente y hasta 3.400 pacientes que ya habían sido atendidos con anterioridad y experimentaban una recaída.
De las 328 personas que fueron atendidas hasta noviembre, 180 recibieron el tratamiento completo y estructurado, es decir, que asistieron, al menos, a cinco sesiones grupales o entre ocho y 12 sesiones de tipo individual.
De esos 180, 60 casos fueron tratados en sesiones grupales, y 120 de forma individual. En total, los psicólogos del SMS resolvieron satisfactoriamente 43 de los 47 casos registrados por niños (el 91,5 por ciento) y 111 de los 133 casos de los adultos (el 84 por ciento).
De todas formas, Martín ha advertido que se prevé una recaída de algunos pacientes coincidiendo con el primer aniversario de los terremotos, por la presencia del asunto en los medios de comunicación y los actos de homenaje. No obstante, aclara que el Centro de Salud Mental está preparado para atender esta problemática.
FASE DE EMERGENCIAS
Estos pacientes fueron atendidos a partir de junio, y a ellos habría que sumar las más de 450 asistencias registradas en los días inmediatamente posteriores a los terremotos, cuya gestión recayó en el Servicio del Centro de Coordinación de Emergencias '1-1-2', coordinado por la psicóloga María Antonia Soto.
En este caso, el '1-1-2' instaló una oficina de asistencia psicológica en el campamento de damnificados de Santa Quiteria de Lorca, atendida por psicólogos voluntarios de Sevilla, Madrid, de Extremadura y Navarra, entre otras procedencias.
En junio, un mes después de los terremotos, el SMS habilitó el dispositivo especial consistente en desplegar a dos psicólogas clínicas en los centros de salud de Lorca, una de ellas a tiempo completo en el centro situado en el barrio de La Viña, y otra encargada de los centros de San Diego y Lorca-Centro.
Estas psicólogas, Carmen Egea y Clara Sáinz, podían atender así directamente y de forma prácticamente inmediata a los pacientes afectados por el terremoto en el propio centro de atención primaria, sin tener que ser derivados al centro de Salud Mental, que ya de por sí tiene mucho trabajo atendiendo problemas mentales de adultos, niños y casos de drogodependencias, entre otros casos.
De esta forma, la población con una afectación psicológica por el terremoto podía ser canalizada directamente a través de los cauces normales del sistema sanitario, siendo detectados por los propios médicos de familia. Y es que el hecho de derivar a los pacientes a otros centros disuade al 20 ó 25 por ciento de ellos, que finalmente decide no recibir la asistencia.
De hecho, el Centro de Salud Mental atendió 27 casos entre mayo y la primera quincena de junio como consecuencia del terremoto. Sólo en la segunda quincena de junio las dos psicólogas clínicas trataron 82 casos entre los tres centros de salud en los que prestaron asistencia, lo que demuestra la mejor accesibilidad.
PRINCIPALES PROBLEMAS
Durante el primer mes el diagnóstico más frecuente fue el de reacción a estrés agudo. Los psicólogos clínicos Jesús Valera y Ascensión Albacete, así como de la enfermera Antonia Martínez, han presentado en el V congreso internacional de psicología clínica de Santander los datos de la intervención sobre los 27 pacientes atendidos el primer mes tras el terremoto.
En el 85% de los casos había remitido el cuadro de ansiedad y los resultados eran todavía mejores al seguimiento 10 meses después, ya que el 92% de las personas tratadas seguía libre de síntomas.
Entre los principales problemas de los pacientes afectados por los terremotos de Lorca se encuentran los trastornos por estrés postraumático y trastornos adaptativos con estados de ánimo depresivo o ansioso, según destaca Martín.
En concreto, Martín explica que el estrés postraumático se caracteriza, sobre todo, por tener recuerdos, pesadillas y evocaciones del suceso traumático, que suelen incluir síntomas como taquicardias, nerviosismo e inquietud, que se presentan a veces cuando hay un recuerdo o un sueño, por ejemplo. También es frecuente evitar el lugar en el que se ha vivido el trauma. En el caso de los trastornos adaptativos, se pueden dar con humor depresivo, en pacientes que por ejemplo han perdido su casa o algún familiar, manifestando depresión, tristeza, desánimo o desesperanza. También se pueden presentar síntomas de inquietud, nerviosismo, taquicardia y situación de agobio que puede impedir dormir por la noche o conciliar bien el sueño, despertarse o tener pesadillas.
Este psicólogo clínico admite que hay gente que puede padecer problemas psicológicos derivados de los terremotos que no ha sido atendida o no ha consultado a profesionales, pero advierte que es difícil de establecer su porcentaje porque los estudios hechos hasta ahora en situaciones similares revelan una horquilla que oscila entre cinco y el 62 por ciento.
TRATAMIENTO
Los pacientes con problemas psicológicos fueron divididos en varios grupos, el primero de ellos formado por población que no tenía un diagnóstico psiquiátrico previo o, como mucho, tenía un trastorno adaptativo muy leve y explicable por lo que había pasado, por lo que no necesitaban tratamiento sino lo que los profesionales llaman normalización, es decir, poner en relación sus síntomas con la catástrofe que habían vivido.
A estos pacientes, tras el tratamiento, se les daba el alta y luego se les ofrecía la posibilidad de volver en el plazo de un mes si se encontraban mal, por lo que "ni siquiera se considera que han recibido un tratamiento psicológico reglado".
El segundo grupo estaba integrado por los pacientes con trastorno leve o moderado, a quienes se les atendió con un tratamiento grupal, con el fin de poder atender a un número elevado de personas con una frecuencia óptima.
Si el trastorno era moderado o grave, los psicólogos procedían a realizar un tratamiento individual, y si se daba un trastorno mental grave o un trastorno mental previo de otro tipo, entonces se derivaba al Centro de Salud Mental.
Los pacientes fueron sometidos a un tratamiento muy efectivo denominado terapia cognitivo-conductual focalizada en el trauma, que consiste en utilizar técnicas para reducir la ansiedad como la relajación o la respiración diafragmática, así como asociar las imágenes o recuerdos con la relajación, en vez de con la ansiedad.
Una vez que el paciente ha aprendido a relajarse, se le hace volver al lugar y a estar de nuevo en contacto con las personas o situaciones que anteriormente evitaban. Superar la evitación es uno de los mejores indicadores de que la mejoría va a perdurar en el tiempo.