Vitoria. A principios de año el viceconsejero de Industria, Xabier Garmendia, tasó el yacimiento de gas pizarra alavés en una cifra equivalente al valor de los activos malos de Bankia o al fondo anunciado por el Gobierno central para salvar a las autonomías de la quiebra. Un total de 30.000 millones de euros, el triple del Presupuesto anual del Gobierno Vasco, vendrían a engrasar las economías vasca y alavesa. Ayer el consejero de Industria, Bernabé Unda, explicaba en respuesta a una pregunta parlamentaria del PNV que la cifra anunciada entonces no se sostiene en ningún estudio o valoración científica más o menos exhaustiva, sino en un cálculo rápido meramente orientativo.
Los 30.000 millones de euros salen de multiplicar el tamaño de la formación Balmaseda, el bloque de roca donde se cree que se halla el gas, por su supuesto contenido en combustible utilizable por metro cúbico, y por un precio de mercado de este hidrocarburo en un momento concreto, pues se trata de un recurso energético cuyo valor fluctúa. Todo ello, explica el consejero al jeltzale Javier Carro, tomando por buena la suposición de que la roca alavesa ofrezca una productividad semejante a la de la formación Barnett texana, similar en lo geológico al subsuelo alavés.
Con la respuesta de ayer el Ejecutivo renuncia a una cifra que se volvió en contra de los promotores del proyecto cuando los grupos ecologistas tomaron lápiz y papel y según esos mismos parámetros calcularon que sería necesario instalar más de 2.000 pozos extractores en el territorio, una auténtica malla de torretas de perforación cuya afectación paisajística preocupa a los opositores al fracking. Cuanto más extendido esté el gas y más dinero haya en juego, más pozos será necesario instalar, más camiones circularán por todo el área de actuación y mayor será el impacto medioambiental.
Hace ya semanas, en todo caso, que desde Lakua se ha ido restando credibilidad a su propia estimación del potencial del yacimiento. El Gobierno insiste -lo hace el propio Unda en su respuesta- en que sin explorar antes el yacimiento mediante los pozos Enara 1 y 2, en el término municipal de Vitoria, no se podrá saber cuánto gas hay, y que por tanto no volverá a aventurar cifras ni realizará estudio de ninguna clase.
En cuanto al precio del gas extraído mediante el fracking, dado que ésta es una tecnología de incipiente generalización por todo el mundo, nada se puede avanzar sin entrar en el terreno de la especulación.
Sin exploración, por tanto, no se puede saber de qué, de cuánto, se habla exactamente. Sin embargo, incluso esos dos sondeos planificados para extraer conclusiones en forma de gas despiertan el recelo entre instituciones y partidos políticos. El alcalde de Vitoria, Javier Maroto, comparecerá el martes en la Comisión de Medio Ambiente a petición de Bildu para valorar el cambio legal que permitirá realizar estos sondeos en los Montes de Vitoria aunque se declaren Parque Natural. La modificación, según el PSE, tiene por único objetivo combatir jurídicamente a las empresas cantereras que trabajan en áreas protegidas, pero para partidos como Equo supone "un atropello a la legislación con la única intención de priorizar los intereses económicos de unos pocos".