Vitoria. No tiene fama de morderse la lengua el impulsor de la Nueva Cultura del Agua, físico y profesor de Análisis Económico de la Universidad de Zaragoza Pedro Arrojo. Ayer en Villa Suso comenzó su exposición criticando haber sido invitado a última hora y lamentando, por tanto, no haber podido profundizar más en la técnica del fracking antes de ponerse ante el micrófono.
Sin embargo, algo sabe. Embarcado en una guerra contra las minas de oro a cielo abierto en las que se buscan las últimas pepitas del precioso metal, Pedro Arrojo, viaja por todo el mundo y ha constatado que el debate sobre la fractura hidráulica ha aparecido de golpe en la agenda de empresas, gobiernos y grupos conservacionistas. Arrojo advirtió sobre la necesidad de alcanzar un "debate técnico maduro" antes de ponerse a excavar pozos, y apeló a la historia para aplicar el principio de precaución. El profesor recordó cómo hace décadas se ofrecían "garantías absolutas" sobre la seguridad de arrojar bidones con residuos radiactivos a los abismos oceánicos, práctica que hoy en día se reconoce como una temeridad.
Por ello, Arrojo pidió que se impulse un debate sobre el fracking ajeno a "la presión del mercado" y advirtió de la necesidad de recabar además un consenso social, porque de lo contrario "el País Vasco no aceptará este chantaje económico".