Al coctelero Nacho Cuevas le contratan los VIP para que prepare sus afamadísimos gin tonics en sus fiestas. Gonzalo Antón, alma mater del Congreso Nacional de la Cocina de Autor, le conoció en su establecimiento de Oviedo, el I+Drink, y le fichó para que ofreciera una ponencia sobre el modo perfecto de combinar el agua tónica con la ginebra. Una fórmula que el propio Cuevas reconoce, no es inmutable. "Hay que tener oídos y ofrecer al cliente lo que realmente quiere", explica.
"Todos los que bebéis gin tonics estáis bebiendo vodka", espeta el asturiano nada más subirse al escenario. La sorpresa le sirve para desgranar que la ginebra parte de un alcohol base -como puede ser el vodka- al que se le añade fundamentalmente enebro y otras hierbas. Se puede macerar con algún cítrico y dotarle de aromas. A partir de ahí, cabe la posibilidad de, con la misma marca de ginebra y de tónica, crear gin tonics completamente diferentes en sabor, matices y aromas.
"El gin tonic perfecto no existe. Hay uno para cada persona. Siempre intento quitarle humo y show a la preparación. Ir directamente a la técnica y al conocimiento del producto, que es lo esencial", manifiesta.
sin artificios En primer lugar, el coctelero asturiano subraya que hay que emplear la corteza del limón, la lima o la naranja -al gusto-, pero nunca la pulpa, ya que reacciona con el dióxido de carbono de la tónica y elimina el gas. "Es como pinchar la chapa del botellín, algo que no debe hacerse nunca porque al cabo de un rato el gin tonic ha perdido el carbónico y está muerto", puntualiza.
La ginebra se vierte siempre sobre las cortezas -la cantidad varía en función de la graduación alcohólica-, que reposan en el fondo compartiendo espacio con unas bolas de enedro para potenciar el sabor. La siguiente clave reside en los hielos: "mucho (hasta arriba), limpio y osmotizado para que no añada ningún sabor al derretirse". Por último, llega el turno de la tónica. Debe servirse siempre sobre los hielos -a diferencia de la ginebra- y muy lentamente. Con grandes dósis de paciencia para perder la menor cantidad posible de gas. "Debemos preservar la frescura el mayor tiempo posible".
"El gin tonic es digestivo, puede servir como aperitivo, tienen que notarse los amargos, el ácido, el cítrico... Hay que respetar el carbónico de la tónica y la ginebra tiene que estar presente. ¿De qué nos sirve tomar un gin tonic si enmascaramos su sabor?", se pregunta.