Vitoria. El futuro de Ramón Bajo, la escuela del Casco Viejo, regresó ayer al debate en el Ayuntamiento gasteiztarra. Y lo hizo para poner de manifiesto las diferencias que separan en este asunto al gabinete Maroto con la oposición. A pesar de que el Consistorio ya ha dejado claro que prefiere reformar el centro en lugar de trasladarlo a una nueva ubicación, un "parcheo" según los grupos políticos, tanto Fernando Aránguiz como Alfredo Iturricha, concejales responsables de Promoción Económica y Educación, respectivamente, advirtieron ayer de que todavía no existe una decisión definitiva a este respecto. Quien más claro se expresó en este sentido fue Aránguiz. "Aquí no se ha tomado todavía una decisión en absoluto", advirtió.
A través de cuatro informes municipales, el Ayuntamiento cree que la opción "más viable" es la reforma de la escuela, un lavado de cara que no sería integral porque sus deficiencias son, a su juicio, "fácilmente subsanables". De esta forma, bastaría con instalar un ascensor, sustituir las ventanas y parte del tejado y reformar los aseos del centro. El Consistorio cree que utilizar el actual semillero de empresas para trasladar Ramón Bajo podría conllevar la pérdida de la inversión del proyecto Urban, cifrado en 15,5 millones. Tampoco le convence la opción de Fray Zacarías porque el edificio dispone de un 53% menos de superficie útil y tampoco Escoriaza-Esquível, porque un informe de la Arich advierte que el proyecto no se ajusta al PERI al tratarse de un edificio protegido.
Aunque las cartas ya están sobre la mesa y claras las preferencias, Iturricha también aseguró ayer en respuesta a los grupos que falta "acordar" el futuro definitivo de Ramón Bajo. Esta misma semana, según avanzó Aránguiz, se celebrará una reunión donde participarán tanto personal técnico del Ayuntamiento como los grupos de la oposición y la AMPA del centro. De realizarse finalmente la reforma del centro actual, las obras tendrían lugar entre julio y septiembre, fuera de las fechas lectivas. Bildu, el PNV y el PSE, en líneas generales, coincidieron en censurar al Ayuntamiento por no haber apostado por una "solución integral" para el centro. "En Ramón Bajo están cansados ya de parches", censuró el jeltzale Iñaki Prusilla. "Debemos mojarnos y embarrarnos para llegar a una solución satisfactoria para todos", advirtió Kike Fernández de Pinedo (Bildu). "Los euros se me quedan un poco justos", advirtió por su parte la socialista Isabel Martínez, en alusión a los 820.000 en los que está cifrada la reforma.