Vitoria. La plataforma Fracking ez Araba ha tirado de calculadora para hacer una estimación más precisa sobre cuántos pozos sería necesario abrir en la provincia para extraer todo el gas no convencional que el Gobierno Vasco cree que hay incrustado en las rocas de sus profundidades. Y el resultado es, cuando menos, sorprendente. Si el subsuelo alavés, tal y como anunció Patxi López cuando dio a conocer la alianza de su Ejecutivo con las compañías estadounidenses Heyco Energy y Cambria Europe, contiene 180.000 millones de metros cúbicos de shale gas capaces de abastecer a la CAV durante más de 60 años, sería necesario perforar sus tierras "entre 2.000 y 3.000" veces para extraer ese combustible, según el colectivo. En concreto, abriendo 2.119 pozos.

Teniendo en cuenta que la media de extracción por pozo en el mayor yacimiento del estado norteamericano de Texas, Barnett Shale, es de 75 millones de metros cúbicos y que, según advirtió en su día el director general de Hidrocarburos de Euskadi (Shesa), Juan Cruz Vicuña, la rentabilidad se consigue a partir de los tres millones de pies cúbicos por instalación, las cuentas están claras para Fracking ez Araba. "Si es cierto que existe esa cantidad de gas, todo esto es lo que caería sobre Álava", advirtió ayer ante la Comisión de Medio Ambiente de las Juntas Generales el portavoz de la plataforma, Mikel Otero.

Una inmensa cantidad de pozos que corresponderían únicamente al yacimiento de Gran Enara, cuyas prospecciones arrancarán en el entorno de Subijana-Morillas si el proyecto supera la evaluación de impacto ambiental. Explotar todos estos pozos mediante la técnica del fracking, que consiste en la inyección de una mezcla de agua, arena y un cóctel de productos químicos en el subsuelo para desgajar el gas, requeriría a su vez emplear una cantidad "impresionante" de agua de muy discutible retorno. Un solo pozo, según la plataforma, dejaría en el subsuelo afectado 30 millones de litro de líquido contaminado que a la larga podrían afectar a acuíferos adyacentes como el de la Llanada.

"El más sucio" Tras explicar todos los motivos por los que Fracking ez Araba se opone a este multimillonario proyecto, Otero lanzó unas clarificadoras conclusiones. "El gas no convencional es el canto del cisne de los combustibles fósiles. Se está acabando una era y éstos son sus últimos coletazos", advirtió en primer lugar, dado que se trata del gas "más sucio y residual". Otero advirtió de que la apuesta de Lakua es "una huida hacia adelante" al confiar en un recurso "finito" y que, además, "compromete todas las posibilidades de sostenibilidad a medio plazo" por tratarse de una inversión que competiría directamente con otras que pudiesen destinarse a las energías renovables. "Álava va a ser utilizado como un banco de pruebas y los habitantes no están siendo debidamente consultados o informados", zanjó.

Basándose en información "referenciada bibliográficamente" en su totalidad, Fracking ez Araba advirtió de que la extracción del shale gas es "muy cara", aunque podría convertirse en rentable "bajo ciertas condiciones" como el relajamiento de la legislación ambiental. Otero advirtió también de que los tubos que sirven para extraer el gas del subsuelo se deterioran con facilidad y que, aunque es "difícil" saber qué efectos pueden tener las filtraciones sobre la salud de la población por la opacidad de las empresas, algunos químicos que han trascendido que éstas emplean han sido calificados como "muy peligrosos" por el código de referencia en Estados Unidos para la peligrosidad de los productos sobre la salud humana. Se trata del cloruro de tributiltetradifosteno, que ha sido presentado como posible por el Gobierno Vasco pese a que fue retirado de la lista de productos permitidos por la Comisión Europea en febrero de 2010 y desde 2011 no está permitida su comercialización.

La Agencia de Protección Ambiental, según recordó Otero, recientemente "ha reconocido lo inevitable", y es que se han encontrado altas concentraciones de metano en pozos americanos cercanos a las prospecciones, así como aguas potables y acuíferos contaminados. Fracking ez Araba también aludió al intenso tráfico pesado que las localidades adyacentes a los pozos deberían soportar de consumarse el proyecto. "La tranquilidad del mundo rural se desvanecería", aseveró el portavoz de la plataforma.