Laguardia. La bodega alavesa de valdelana se ha impuesto el reto de comercializar un vino que hasta los invidentes puedan disfrutar con todos sus sentidos. Comandada por Juan Jesús Valdelana, la firma se convirtió hace algunos años en una de las primeras bodegas en ofrecer en la contraetiqueta algunos datos escritos en Braille. Ahora es la pionera en convertir toda la etiqueta a ese lenguaje, con lo que el consumidor invidente puede saber el nombre del vino, la cosecha, las características organolépticas, la variedad de la uva, el tiempo de crianza y toda la información que acompaña a los vinos de Rioja.

"Para un enólogo -explica Juan Jesús Valdelana- lo más importante es que se le valore por lo que hay en el interior de la botella. De su calidad no hay nada que decir porque lo dice la propia denominación, pero sí se pueden juzgar los valores añadidos. Y uno de estos valores es el sistema Braille con el que ofrecemos toda la información en la propia etiqueta. Lo hemos hecho en inglés, por lo que cualquier invidente que conozca ese idioma lo puede leer en cualquier parte del mundo".

Iniciativa única La iniciativa es única, "porque este paso no lo ha dado ninguna bodega del mundo", explica el bodeguero. "Hay algunas que definen la marca del vino y la añada, pero que todas sus características: la variedad, los aromas, el gusto que tiene, el retrogusto, la añada, la localidad… estén en la etiqueta, somos los únicos". Llevarlo a cabo no ha sido sencillo. Primero se ha tenido que utilizar, para los vinos jóvenes, sean tintos, blancos o rosados, un papel nacarado, especial, que "aunque el camarero sumerja la botella en agua no salen ampollas, con lo cual no deteriora la serigrafía del Braille. Para los vinos crianzas y reservas, hemos elegido un papel nocturno, con tacto de piel del melocotón. Esto ofrece mayor sensibilidad en las yemas de los dedos de las personas invidentes".

La motivación para adoptar esta medida es que "procedemos de Elciego y queríamos prestar de esta forma un servicio a la sociedad, que cualquier persona invidente pueda conocer estas características, ya que no puede leer las etiquetas convencionales". La aceptación de estas etiquetas ha sido importantísima, según la califica el propio Valdelana. "Incluso la ONCE nos hizo un homenaje en Madrid por la iniciativa", explica.

Esta bodega se ha caracterizado en los últimos tiempos por las acciones un tanto insólitas que suele llevar a cabo, como la que inició durante la pasada vendimia al dar el primer paso para elaborar el "primer vino turístico del mundo". Se le bautizó así porque lo que se trataba es que fueran los propios turistas que acudían a Elciego quienes lo vendimiaran y elaboraran. Para ello, se organizaron unas jornadas que tuvieron lugar los sábados 1, 8 y 15 de octubre del año pasado. Primero se hacía una visita a la bodega y sus calados, y posteriormente el grupo se trasladaba a los viñedos para realizar una cata de uvas.

A continuación, los técnicos explicaban cuáles son las labores en la viña y cómo se lleva a cabo la vendimia. Se ofrecía la posibilidad a los participantes de vendimiar un rato para que pudieran apreciar no sólo el trabajo que representa, sino la magia que transmiten los racimos y el contacto con los sarmientos. Posteriormente, se transportaban las uvas a la bodega para su prensado y almacenamiento y se cerraba la jornada con un almuerzo campestre en el Balcón de las Variedades, la terraza más espectacular de toda La Rioja.

Bodegas Valdelana se encuentra en la localidad de Elciego, cuna del vino de Rioja. La familia Valdelana viene cultivando estas tierras desde el S.XVII. En sus entrañas, la firma alberga seis calados subterráneos en piedra de sillería del siglo XV y XVI. Uno de ellos data de finales del 1400. La antigua sala de barricas se ha reconvertido en Museo Etnográfico y a diez metros bajo tierra se esconde la Capilla, presidida por la Virgen de la Plaza, y una sala de catas que cuenta con un viñedo subterráneo. El conjunto se completa con un "túnel de los sentidos", formado por cinco antiguos depósitos y cuatro lagos de fermentación reconvertidos en una galería dedicada a conocer el vino a través de los sentidos.

El documento más antiguo que se conserva de esta instalación data del 12 de noviembre de 1583. Esa fue la fecha en la que, reinando Felipe II, Elciego logró su independencia de Laguardia. El precio pagado a la Casa Real por esa autonomía fueron maravedíes y cántaras de vino de Elciego, que tenía el calado de la villa en lo que hoy es Valdelana.

La infraestructura ha sido merecedora de numerosos galardones, pero entre ellos destaca uno recientemente recibido que demuestra el buen hacer de los viticultores de Rioja Alavesa. Se trata de una medalla de oro para el Centum, un caldo elaborado con uvas procedentes de viñas prefiloxeras, es decir anteriores al gran desastre de la filoxera que tanto daño causó al Rioja en 1863.