Tras una primera edición organizada en un tiempo récord y caracterizada por el éxito, el segundo año de los campamentos tecnológicos para jóvenes arrancará con más oferta y la pretensión de formar a entre 400 y 600 alumnos.

¿Qué sensación y qué conclusiones extrajo de la primera edición?

Durante el Camp del año pasado tuvimos mucho contacto con los padres y con los propios chavales. Eso nos permitió conocer qué iba bien y qué teníamos que mejorar. Vimos que una propuesta como esta cubre un vacío en las actividades habituales de verano, con lo que la aceptación fue impresionante. Propusimos que al final de la semana los chavales presentasen los proyectos a los padres y nos desbordó la asistencia, por eso este año lo vamos a cuidar más. También vimos que es interesante que todos trabajen con su equipo y que el nivel de complejidad y exigencia entre niños (8-12 años) y adolescentes (13-16) es distinto, por lo que vamos a plantear contenidos y retos diferentes para estos grupos.

Creo que el ambiente de trabajo y juego fue estupendo.

Sí, también se valoró mucho el contacto de nuestros hijos en un ambiente distinto al colegio, así como que se acerquen a la universidad y a los centros tecnológicos. Este año potenciamos eso incorporando talleres en los que expertos de estos ámbitos trabajarán con los chavales.

Visto el éxito ¿hay instituciones interesadas en el proyecto?

Ya contamos con instituciones implicadas que apoyan el Camp, como el Parque Tecnológico de Bizkaia, Btek, Innobasque, la Universidad de Deusto, Axular, Colegio Vizcaya o Carmelitas. Desde el Gobierno vasco y el Departamento de Industria también han mostrado mucho interés en la iniciativa. En el ámbito educativo estamos trabajando directamente con los centros de secundaria para que vean en este proyecto un facilitador para su propio currículo escolar. A todo eso se suma el apoyo de otros agentes, como Tecnalia y la Fundación Novia Salcedo, y de colaboradores como Vodafone. Espero que en pocas semanas podamos anunciar otras colaboraciones que refuercen el sentido del Camp, que consiste en fomentar que nuestros hijos identifiquen la tecnología como algo atractivo para su futuro.

¿Cuántas personas trabajan en la organización de los campamentos?

En la fase de diseño y lanzamiento hay tres personas de mi equipo, más el apoyo de las entidades que colaboran y otros profesionales. En la fase de ejecución contrataremos unas 20 personas y pronto iniciaremos la selección de los monitores.

Su hijo participó en el Camp de 2011, ¿qué le pareció?

Si no hubiese sido por mi hijo este proyecto no habría salido. El me motivó a buscar cómo hacerlo y su experiencia en las dos semanas que estuvo el año pasado me sirvió para ver cómo aumentar los retos. Del año pasado mi hijo sacó dos cosas claras: que le encanta el surf, y que le gusta la Ingeniería.