El biólogo de origen austriaco, Bertold Wiesner, que en los años cuarenta fundó la clínica de fertilización London Barton en Londres, actuó como donante de esperma y pudo engendrar entre 300 y 600 de los 1.500 bebés concebidos en la clínica mientras estuvo abierta en los años sesenta. El caso plantea además que algunos de esos 600 hijos se hayan casado entre ellos y hayan concebido hijos con los riesgos habituales en las parejas consanguíneas.