vitoria. Parece el cuento de nunca acabar, pero lo cierto es que son ya varias generaciones de alaveses las que han tenido que vivir con el miedo que deviene de la central nuclear de Santa María de Garoña, complejo conocido como de las 1.000 grietas por los problemas que ha generado en los últimos años. No en vano, el recinto es ya el decano en el Estado en su género y sólo el dinero que genera a las empresas que lo explotan ha logrado paralizar un cierre que parecía cantado por su longevidad y por las condiciones de su propia actividad. En cualquier caso, el culebrón de Garoña continúa. Después de que el ministro de Industria revocara la orden de Zapatero de cerrar la central nuclear en 2013, José Manuel Soria, anunció que encargará un informe al Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) para conocer la posibilidad de prolongar la vida útil de la planta situada en Burgos.

Una decisión que levanta ampollas entre los numerosos colectivos y particulares que se oponen a que la instalación permanezca abierta hasta 2019 por no considerarla segura. El CSN, máximo organismo regulador en materia nuclear del país, evaluará las condiciones técnicas de Garoña para saber si puede seguir operando más allá de 2013, año de cierre ordenado por el anterior Gobierno socialista, pese a que el CSN había emitido un informe favorable en el que autorizaba a Garoña a seguir funcionando. La vicepresidenta recuerda que la Ley de Economía Sostenible abrió la puerta, en marzo de 2011, a que las nucleares funcionen durante más de cuarenta años. Ya el pasado día 2, Soria expresó su voluntad e intención de revocar la orden ministerial de Miguel Sebastián que anticipa el cierre de la nuclear a la mencionada fecha.

Garoña, la nuclear más antigua y pequeña del país, consta de un reactor de agua ligera en ebullición (Boiling Water Reactor, BWR) suministrado por General Electric; en España sólo hay dos de este tipo, los de Garoña y Cofrentes. Es la misma tecnología instalada en Fukushima, la central más dañada tras el terremoto y posterior tsunami ocurrido en Japón el 11 de marzo del pasado año, y que desencadenó la peor crisis nuclear desde Chernobil (1986). Desde 1990, Garoña ha notificado 136 sucesos, de los cuales 6 han sido clasificados como "anomalías" de nivel 1 el segundo más bajo en la Escala INES. Todos los demás han sido de nivel 0 y ninguno ha supuesto la entrada en condiciones de emergencia ni de prealerta. La central cuenta con una potencia eléctrica instalada de 466 MWe (inicialmente era de 460) y en 2010 generó 3.836,67 millones de kWh. España tiene seis centrales con ocho reactores.