Córdoba. El obispo de Córdoba, Demetrio Fernández, manifestó ayer en su carta semanal que la incitación a la fornicación "es continua" en los medios de comunicación, en el cine, en la televisión, "incluso hasta en algunas escuelas de Secundaria, dentro de los programas escolares".
En su misiva, titulada Huid de la fornicación, el prelado extrapola a la actualidad una carta del apóstol San Pablo a los Corintios en la que habla de "una ciudad portuaria donde había de todo, también de lo malo" y añade que, en el imperio romano, "la honestidad y la castidad fue decayendo".
Fernández indica que "cuando la sexualidad está bien encauzada, la persona vive en armonía consigo misma y en armonía con los demás, evitando toda provocación o violencia". Por el contrario, cuando la sexualidad "está desorganizada es como una bomba de mano, que puede explotar en cualquier momento y herir al que la lleva consigo".
Este argumento es, según el obispo, válido "para todos los estados de vida; para la persona soltera, en la que no hay lugar para el ejercicio de la sexualidad, para la persona casada, que debe saber administrar sus impulsos en aras del amor auténtico, o para la persona consagrada, que vive su sexualidad sublimada en un amor más puro y oblativo".
virgen hasta el matrimonio Pero Demetrio Fernández, asegura también en su carta que "es posible llegar virgen al matrimonio, aunque el ambiente no sea favorable", así como que "es posible ser fiel al propio marido, a la propia mujer".
"Más aún, a eso invita la Palabra de Dios en este domingo, huyendo de la fornicación. Y la Palabra de Dios tiene fuerza para que se cumpla en nuestras vidas, dado que, además, la gracia de Dios es capaz de organizar nuestra sexualidad humana y hacerla progresivamente capaz de expresar el amor más auténtico, el único que hace feliz a toda persona humana", asegura.
En este contexto, el obispo alude a la reciente publicación de un libro, "en el que una candidata a Miss Venezuela explica su experiencia con un título que lo dice todo: Virgen a los 30. "Precisamente, no alcanzó el título al que se presentaba por no aceptar la propuesta de fornicación, que al parecer era una condición (no escrita) del concurso. "En ella se ha cumplido esta palabra de San Pablo", añade el obispo.