Donostia. Las esperanzas de la familia Losa Ocáriz de que los restos de su hermana Rebeca, fallecida en julio de 1977, estuvieran enterrados en el panteón familiar se desvanecieron en la mañana de ayer al recibir la noticia de que la exhumación del martes no ha detectado ningún resto biológico humano.

Mucho se había especulado desde ese día, tras conocer que lo hallado en el panteón familiar no era más que polvo y cenizas. Desde entonces, todo apuntaba a que el cuerpo de Rebeca jamás había estado allí. La familia, que desde entonces había hecho un llamamiento a la prudencia, decidió ayer romper su silencio y personarse en el Instituto Anatómico Forense de Donostia, para comprobar si las informaciones publicadas en prensa eran ciertas.

"Estábamos hartos de oír y leer cosas, así que nos hemos acercado al anatómico forense, nos han recibido, nos han atendido muy bien y es cuando nos han dicho que no había ningún resto biológico, lo que significa que no había habido vida anterior en esa caja; lo único que nos han dicho que ha aparecido ha sido un sudario", explicó Cecilia Losa, una de las hijas de Mercedes Ocáriz, la madre afectada por este caso. "Ha sido un jarro de agua fría", reconocía, todavía impactada por el alcance de la noticia. "La gente es tan sumamente mala que permite que las familias, en este caso mis padres, asistan a un enterramiento haciéndoles creer que ahí está su bebé, su hija fallecida. Imagínate hasta qué límite llega la maldad de estas personas. Es terrible", denunciaba.

La familia Losa Ocáriz, que denunció en abril del pasado año su caso, esperaba que todo se debiera a un error burocrático, pero las pruebas han demostrado que sus sospechas eran ciertas. Ahora se abre un duro proceso en el que la familia tratará de encontrar a Rebeca.

Proceso de búsqueda "Ahora mismo lo principal es encontrarla. Queremos difundir lo máximo posible nuestra historia para ver si podemos localizarla. El verbo no es poder localizarla sino localizarla, porque vamos a encontrar a nuestra hermana", señaló, insistiendo en que la familia no parará hasta dar con su paradero. "Como ya hemos dicho estos días atrás, somos muchos y muy jóvenes, así que tenemos toda la vida por delante", indicó.

Sin embargo, en el deseo de esta familia se cruza el más que posible desconocimiento de la afectada. "Para nosotros, ahora, lo fundamental es encontrarla, aunque algo tendrá que decir ella también", aseveró. "Estamos hablando de personas adultas que tienen su vida y puede que se dé el caso de que ella no sepa que se le está buscando. El abanico es muy amplio y tenemos que ver qué hacemos. Pero tenemos muchas ganas de conocerla", aseguró.

Además de la búsqueda de Rebeca, la familia va a abrir otra línea de actuación, la que se refiere a la búsqueda de responsables. No en vano, denunciaron que, aunque el ginecólogo de la familia está ya fallecido, varios de los facultativos que firmaron en los documentos que maneja la familia siguen vivos y algunos, incluso, siguen ejerciendo.

"Todavía es muy pronto para ver qué vamos a hacer porque hoy -por ayer- estamos todos muy nerviosos, pero tenemos una línea judicial abierta con nuestro abogado y vamos a exigir responsabilidades a quien corresponda. Hay unos informes, hay unas firmas y hay unas instituciones participantes que dieron cobertura a estas personas y tienen que pagarlo", declaró.

A pesar del varapalo que supuso la noticia, Cecilia se felicitaba de que por fin se hubiera demostrado que las demandas de familias como la suya son ciertas. "Nosotros somos el ejemplo exacto de que todo lo que denunciamos familias como la nuestra no es mentira, que todo es verdad y que se han robado niños", denunció.