vitoria

MÁS de mil millones de habitantes del planeta no tienen comida suficiente para sobrevivir. Un alarmante dato reconocido por la propia Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). Lo paradójico, lo absurdo, es que el 70% de esas personas son productoras de alimentos a los que no pueden acceder por su elevado precio de venta en el mercado, hasta un 400% en determinados alimentos básicos. Es más, muchos de ellos han sido despojados de sus campos de cultivo, tierras de pastoreo o zonas de pesca por empresas multinacionales con la complicidad de los gobiernos de turno a través de operaciones financieras enmarcadas en el ya conocido como agronegocio.

África se ha convertido en el último medio siglo en el escenario escogido por estas industrias dedicadas al monocultivo intensivo para especular con la alimentación. No en vano, ese continente ha pasado de ser autosuficiente en los años sesenta del pasado siglo XX a tener que importar una cuarta parte de su comida. Sólo en un año, describían ayer los responsables en Euskadi de la ONGD Veterinarios Sin Fronteras (VSF), inversionistas extranjeros "se han hecho con treinta y dos millones de hectáreas de tierras fértiles para cultivar, en su mayoría, productos con los que fabricar biocombustibles. En Mozambique, por ejemplo, se han comprado extensiones de tierra mayores que toda la superficie agraria útil de Andalucía".

Es entonces cuando surge la pregunta que ayer trasladó a la ciudadanía Natalia Etxarri, delegada de VSF en Euskadi: "La hambruna del Cuerno de África ¿es solo por causa de las sequías? Las causas del hambre en África no hay que buscarlas solamente en la sequía o en las catástrofes naturales. En gran parte -se autorrespondía- está provocada por las acciones de empresas y gobiernos extranjeros que en África lo que legalmente está prohibido en sus países de origen".

Regulación internacional Para denunciar estos hechos, la citada ONGD ha impulsado una campaña que durante los próximo días tendrá su base de operaciones en la capital vizcaína. Bajo el lema Paren, aquí vive gente analizan las causas del hambre y de las desigualdades sociales en el continente africano. Asimismo, tratan de movilizar a la ciudadanía y pretenden que la comunidad internacional regule y, en caso de que sea necesario, sancione las acciones de las empresas fuera de su país de origen. "Esta campaña nos afecta. El pescado que comemos es el que dejará de alimentar a alguna familia africana; el biodiésel procede de recursos que antes eran dedicados a producir comida en África...", concluía Etxarri.