Conceptos como loco, viejo e impedido se han superado con el tiempo. Pero lo que no han cambiado son las necesidades que aún tiene este territorio de atender a estos enfermos, ancianos o personas con discapacidad. El progresivo envejecimiento de la población y la incorporación al mercado laboral, de la que hasta ahora era su tradicional cuidadora, la mujer, han provocado incluso que la demanda de este tipo de asistencia se incremente en cifras hasta ahroa nunca vistas. De seguir por este crecimiento imparable, peligra la sostenibilidad de los servicios sociales, ya que todo indica que las arcas públicas no podrán hacer frente a tanto gasto social. Un cambio en su modelo parece, a priori, la mejor apuesta para asegurar el futuro de estos recursos, mediante la fórmula del copago, que consiste en una financiación conjunta entre usuarios e instituciones. Pero hasta que eso ocurra, la incógnita de cómo asegurar la supervivencia de esta prestación sanitaria profesional sólo se consigue subiendo cada año sus precios. En el caso de los de 2012, el Instituto Foral de Bienestar Social (IFBS) ha fijado que el incremento de las tarifas públicas de los distintos servicios sea de un 1,5%, tal y como figura en el decreto foral 64/2001, del Consejo de Diputados de 26 de octubre.
servicios dirigidos a mayores
Atención diurna y centros forales
Un anciano puede ser dependiente por el hecho de no poder cruzar solo una calle o por no poder usar la cocina por sus propios medios. No necesariamente tiene que sufrir una enfermedad mental o acabar en un geriátrico porque cada vez son más los que insisten en los beneficios de envejecer en casa. Este caso es el de las personas que necesitan ayuda para desempeñar actividades para su vida diaria, como bañarse, vestirse o alimentarse. Es la asistencia específica basada en un conjunto de servicios sanitarios y sociales, que se pueden prestar en el propio hogar, denominados cuidados domiciliarios. Un claro ejemplo es la atención diurna que presta en la vivienda el IFBS y que cuesta 124,60 euros al mes.
Casi como en casa se sienten los que disfrutan de la modalidad de las viviendas comunitarias, en las que conviven mayores que no pueden vivir en sus hogares. Son una especie de pequeñas residencias, que cuentan con prestaciones, como enfermería, sala polivalente, baño geriátrico, cocina propia y servicio médico propio, entre otros recursos, que cuestan al mes 537 euros.
También existe la opción contraria: que el usuario se desplace hasta el lugar en el que se proporcionan ese apoyo para la tercera edad. Son los llamados centros de día, más parecidos a una residencia, a los que el anciano va, sin que se tenga que quedar a dormir. En este caso, la atención mensual de lunes a viernes con transporte asciende a 416,85 euros y a 20,69 euros por día, si este es en fin de semana. Y en el de que no precise ningún tipo de vehículo que le lleve hasta este lugar, las cifras siempre son más económicas. No en vano, la factura mensual de lunes a viernes es de 333,48 euros y de 16,55 euros por día, para fines de semana.
Cuando el mayor requiere de una atención permanente y cuidados especiales, la opción suele ser el ingreso geriátrico. Los centros residenciales y viviendas psicogeriátricas del IFBS cuestan 1.026,48 euros al mes.
Aparte de todo lo citado anteriormente, también estarían los "servicios con respiro" o cortas estancias. Es la posibilidad de acudir días sueltos, como a una residencia, que sale por 22 euros cada jornada. Sin hacer noche, el servicio se fija en 13,75 euros diarios y el de las viviendas comunitarias, a 11,55 euros.
discapacidades físicas y psíquicas
Atenciones diurnas y residencias
El Instituto Foral de Bienestar Social también ha establecido los precios para los servicios dirigidos a personas con discapacidad física, intelectual o sensorial. Al igual que sucede con la tercera edad, existen diferentes tipos de asistencia, en función del lugar y la duración del mismo. Si se trata de una atención personal, que dure hasta un tercio de la jornada, es de 53,52 euros al mes. Y si supera este tiempo, de 80,24 euros mensuales.
En el caso de los centros de día, para las personas con Trastornos del Espectro Autista (TEA), es de 143,39 euros mensuales y para las que tienen graves discapacidades físicas, el precio mensual es de 171,94 euros.
Y en el de las residencias, si el usuario es mayor de edad, la atención semanal completa es de 1.026,48 euros. Pero si ésta no requiere de supervisión nocturna se abarata en 718,54 euros al mes. La atención diurna allí cuesta 171,94 euros al mes.
Más baratas son las de los que tienen menos de 18 años. Si son integrales, en un centro residencial les sale a 286,91 euros al mes. Y, si son por semana sin ser completas, "se aplicará proporcionalmente la tarifa mensual de la atención semanal completa".
infancia, juventud y familia
Viviendas y centros de día
Los menores de edad también disponen a su alcance de diferentes recursos para alejarles de las situaciones de desprotección en las que se encuentran, ya sea por adicciones de su padres o maltrato. El precio que marca el IFBS para estas residencias es de 286,91 euros al mes. Y para los centros de día, 143,39 euros por mes.
centros para colectivos vulnerables
Presos, enfermos mentales y VIH
Los colectivos vulnerables o en riesgo de exclusión social también disponen de asistencia foral. En algunos casos, como en el de los presos en régimen abierto o en libertad condicional, se centra en dotarles de un hogar para vivir. Estos alojamientos, sin atención permanente, cuestan 294,67 euros mensuales. Algo más barato son los servicios de día, por 207,45 euros por mes.
También existen recursos asistenciales para personas con enfermedades que hasta hace poco estaban estigmatizadas, como el sida. La tarifa de los centros residenciales para las personas con VIH es de 1.026,48 euros mensuales. Esta cifra es la misma que necesitan los que sufren una enfermedad mental y que requieren de un apoyo integral y permanente por parte de los profesionales. La cuantía para esta clase de afección se reduce considerablemente, si se ingresa en un centro de carácter socio-educativo. En especial, si es para una estancia temporal y sin atención permanente, porque su valor es de 294,67 euros mensuales. Pero, si la atención es constante ésta sube a los 718,53 euros mensuales.
Los enfermos mentales también tienen la posibilidad de usar los servicios de atención diurna, por 238,18 euros mensuales, o las cortas estancias, por 21,12 euros diarios.
servicios comunes
Lavado de ropa y suministro de comida
Los servicios comunes a los distintos sectores de la población atendida son la ayuda a domicilio, por 306,36 euros mensuales. El suministro de comida, por 4,41 euros la unidad. El lavado de ropa, por 6,80 euros, más los otros complementos de atención, como las ayudas técnicas, que salen por 7,12 euros al mes.
Personas obligadas a los pagos
Exenciones y bonificaciones
Las personas obligadas a todos los pagos de los distintos servicios públicos son todos los que se beneficien de ellos. Pero cuando los prestatarios sean menores o incapacitados, el desembolso lo afrontará quienes ostenten la patria potestad, o su tutela o custodia.
Y si éstos acreditan no disponer de dinero suficiente, habrá exenciones, bonificaciones o aplazamientos parciales de pago, en función del servicio que se preste. Uno de ellos, por ejemplo, es el de la ayuda a domicilio, cuyas tarifas se aplican, en función de las horas del programa y los ingresos mensuales de las personas computables. Pero si residen en una unidad familiar, el cálculo del precio se efectuará sobre el 80% de los ingresos mensuales totales, si los computables son dos. De forma que el porcentaje diminuirá un 5% por cada uno de los restantes miembros de la familia.