LOS ciudadanos vascos que sobreviven en el umbral de la pobreza recibirán este año un balón de oxígeno de la Unión Europea tras un sustancial incremento del programa de alimentos. El incremento en un 20% de los excedentes comunitarios aliviarán las necesidades alimenticias de 46.500 vascos. Esta recogida permitirá a los tres bancos de alimentos de la Comunidad Autónoma del País Vasco superar las 4.704 toneladas repartidas el pasado año con subidas que irán entre un 7% en Bizkaia y más de un 14% en Gipuzkoa.
Por una vez, la volatilidad de los mercados ha jugado a favor de las personas sin recursos.
Así, la bajada de los precios alimenticios ha disparado la capacidad de recaudación del Programa Europeo de Ayuda a los más Desfavorecidos (PEAD), vital para las recogidas de los bancos de alimentos. Así, el pasado año este fondo social aportó la mitad de los alimentos distribuidos por la federación europea de bancos alimenticios.
La benevolencia de los mercados ha supuesto un auténtico maná para la vida diaria de colectivos en precariedad. En Bizkaia la inyección alimenticia ha supuesto la llegada de 1.300 toneladas procedentes de Europa, 279 más que en 2010 tras una subida de un 21,46%.
Este incremento ha sido aun más notable en Gipuzkoa, beneficiado con un aumento de casi un 28%. Así, el banco guipuzcoano recibirá este año de la UE casi 830 toneladas, 231 más que el anterior. Este refuerzo tendrá un beneficio directo en la población. Gipuzkoa ha superado ya el reparto de todo el año anterior con 1.300 toneladas entregadas el pasado 31 octubre, frente a las 1.103 de 2010. Por su parte, el banco de alimentos de Bizkaia estima que la recogida anual superará las 2.800 toneladas, un total de 209 más que en el pasado ejercicio.
Estas cifras permitirán a Bizkaia invertir la tendencia a la baja que experimentaba el territorio en el reparto a la población. Al banco no le cuadraban las cifras de la necesidad, según confiesa su presidente, Nicolás Marías Palacios: "Hemos aumentado la recogida de alimentos pero ha subido aún más el número de personas demandantes. Vamos por detrás".
Esta institución ha elevado en cuatro años su recogida anual en 547 toneladas, un 21% más. Sin embargo, su aportación social había disminuido porque el porcentaje de beneficiarios ha subido aún más con la aparición de 7.700 receptores, aumentando la demanda en un 31%.
Cartas en el asunto Por este motivo, la aportación anual recibida por cada persona bajó en 4 años de 118 kilos a 105. Esta caída obligó a las administraciones vizcaínas a tomar cartas en el asunto para preservar la asistencia social. En este caso, el pasado año el Ayuntamiento de Bilbao aumentó las subvenciones a los tres comedores sociales hasta los 609.000 euros, 134.000 más. El refuerzo económico permitió ofrecer 100 comidas diarias más para atender la demanda social.
Los excedentes europeos han dado una tregua para los receptores de Bizkaia. Así, las estimaciones provisionales señalan que el banco recuperará su capacidad de reparto de hace 3 años con la entrega anual de 112 kilos por persona. Sin embargo, estas cifras no disipan la preocupación de las asociaciones sociales, que subrayan la singularidad del presente año. "Ha sido excepcional", reconoce el presidente del banco de alimentos.
De hecho, el reparto está en entredicho para el futuro. Alemania amenazaba de nuevo desde Europa al plantear una importante reducción del programa de alimentos. La rebelión de los ricos, secundada por países como Reino Unido, Suecia, Holanda o Dinamarca, reclamaba para el próximo año un recorte de un 76,35% reduciendo el presupuesto de 480 millones anuales a 113,5. Afortunadamente, el Consejo de Ministros de Agricultura logró la semana pasada una prorroga del programa que evita la renegociación hasta 2013.
En esta coyuntura, asociaciones como Caritas advierte que los recortes de las administraciones públicas amenazan las prestaciones humanitarias. "En el plazo de 2 o 3 años tendremos que estudiar la forma de mantener nuestros servicios", señala Joseba Gaya, responsable de Área de Personas sin hogar de Bizkaia. De hecho, este experto augura tiempos difíciles para los vascos en riesgo de exclusión. "Nos preocupan los recortes porque las personas van a tener más dificultades para salir adelante", lamenta.
un panorama complicado El Ayuntamiento de Bilbao ha conseguido atajar hasta la fecha las necesidades alimenticias. Así, el nuevo presupuesto municipal blindará en 2012 las subvenciones a los comedores sociales. Sin embargo, el director del Área de Acción Social, Paco Dehesa, reconoce un panorama complicado: "La crisis va a profundizarse y no sabemos cuáles van a ser sus efectos. Tendremos que ver las soluciones en cada momento".
Esta preocupación también se extiende al banco de alimentos de Álava que advierte de la caída en los excedentes procedentes de la industria alimenticia vasca, donantes en especies por excelencia de estas asociaciones.
Sin embargo, Heraclio Palomino alerta de las crecientes dificultades de la población esgrimiendo abiertamente el fantasma del hambre. "Hace menos de dos años descartaba que hubiera hambre en Álava, pero hoy no me atrevo a asegurarlo", señala. La excepción se sitúa en Gipuzkoa, donde no se percibe la misma gravedad.
"La situación es menos dura porque el dato del paro es mejor, aunque hay también mucha gente que lo está pasando muy mal", admite José Ignacio Sánchez, portavoz de la directiva.