La cocaína sigue siendo la segunda droga ilegal más consumida en Europa, solo por detrás del cannabis, pero según el último informe publicado ayer por el Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías, su popularidad podría haber tocado techo . Para empezar, porque su imagen vinculada a un estilo de vida de éxito se ha visto erosionada por un mayor conocimiento de los problemas de salud que ocasiona y, en segundo lugar, por las repercusiones de una crisis económica que ha obligado a muchos consumidores habituales y esporádicos a renunciar a un vicio que costaba en 2009 del orden de entre 50 y 80 euros por gramo. El documento desvelado ayer también apunta a avances positivos en cuando al consumo de cannabis, que habría descendido entre los jóvenes, pero alerta de la amenaza que suponen las nuevas drogas sintéticas y de diseño.

En líneas generales, el organismo admite que la situación del consumo no ha variado demasiado respecto al año pasado. Es decir, que los niveles de prevalencia siguen siendo desde una perspectiva histórica "globalmente elevados" aunque no han aumentado. Y en esta evaluación global hay signos positivos y otros no tanto. En el caso de la cocaína, el estudio constata una vez más que la mayoría de los consumidores se concentran en un número restringido de países, entre ellos España, que junto con Reino Unido registra el mayor porcentaje de consumidores.

El estudio cifra en 14,5 millones las personas de 15 a 64 años que la han probado alguna vez en su vida en Europa y en 4 millones los que la han consumido durante el último año. Eso sí, las encuestas más recientes apuntan a que su consumo podría haber tocado techo e incluso a descensos en el caso de los jóvenes de entre 15 y 34 años, al menos en cuatro de los cinco países con un nivel de prevalencia más elevado como son Dinamarca, España, Italia y Reino Unido. "El coste financiero asociado al consumo habitual de cocaína puede reducir el atractivo de esta opción en países donde la austeridad está ahora a la orden del día", señala el informe como uno de los posibles motivos. No es el único. También subraya que "la imagen positiva" de esta droga está siendo cuestionada por el creciente reconocimiento de los problemas que ocasiona: desde urgencias hospitalarias hasta tratamientos y la muerte.

Según las cifras del informe, anualmente en Europa se notifican un millar de fallecimientos relacionados con la cocaína. Una droga cuyos principales puntos de entrada son "España, Holanda, Portugal y en cierta medida Bélgica" y que prosigue después en tránsito o como destino hacia Reino Unido, Francia y Alemania. En todo caso, los analistas confirman que el número de operaciones de incautación de cocaína no ha hecho sino aumentar en los últimos años, pasando de las 56.000 hasta las 99.000 en 2009, si bien el volumen de lo incautado y la pureza de la droga han disminuido considerablemente. En 2006 las autoridades policiales se incautaron de casi un centenar de toneladas aunque se redujeron a 49 en 2009. El documento también destila cierto optimismo respecto al consumo de cannabis y es que, según el observatorio europeo, la diminución en el consumo de tabaco podría estar reduciendo también el consumo de porros, aunque también la moda, la actitud frente a la droga o simplemente la sustitución por otras sustancias prohibidas. Aún así, el cannabis sigue siendo la más consumida de todas gracias a su menor coste. El precio de venta de la resina en 2009 oscilaba entre los 3 y 10 euros por gramo.

En torno a 78 millones de personas -uno de cada cinco adultos de entre 15 y 64 años- han probado esta sustancia en algún momento de su vida y 22,5 millones lo hicieron durante el último año. El observatorio menciona también como motivo de preocupación a los jóvenes. Según sus datos, 9 millones de personas de entre 15 y 34 años consumieron esta droga en el último año, especialmente los hombres. Las autoridades europeas se incautaron 700 toneladas, 600 de resina y 100 de hierba.

Pero si bien la tendencia en la 'coca' y el cannabis arrojan esperanza, ocurre todo lo contrario con las drogas sintéticas como el éxtasis y las anfetaminas que se fabrican de forma ilegal con precursores químicos importados. Los proveedores de sustancias psicotrópicas legales van un paso por delante de las autoridades al ofrecer alternativas a los productos prohibidos utilizando sustancias químicas no controladas lo que les ha permitido resurgir. Según los datos del observatorio, entorno a 11 millones de europeos han probado alguna vez en su vida el éxtasis y 2,5 lo hicieron durante el último año.

drogas de diseño La preocupación también alcanza a las nuevas drogas de diseño. De hecho, en 2010 se identificaron 41 nuevas sustancias "y los datos preliminares correspondientes a 2011 no parecen indicar que su número esté disminuyendo", alerta el documento. Este tipo de drogas encuentran en internet a su mejor aliado, el número de tiendas virtuales que las ofrecen siguen aumentando y en julio eran nada menos que 600. Además, los expertos apuntan a unas prácticas comerciales muy sofisticadas porque "la mayoría de los sitios parecían actuar con cautela imponiendo restricciones en las entregas, cláusulas de exención de responsabilidad y advertencias", señala el observatorio. Su conclusión es que "no se sabe hasta qué punto esta tendencia representa una amenaza importante para el futuro", admiten. A juicio del director del observatorio, Wolfgang Götz, "el mundo en el que vivimos, cada vez más globalizado y sujeto a rápidos cambios, se refleja en un mercado de drogas cada vez más dinámico y globalizado que parece adaptarse tanto a las amenazas como a las oportunidades", advierte. "Necesitamos una estrategia proactiva que permita identificar rápidamente drogas nuevas y tendencias emergentes", añade.

Su informe también evalúa la situación de una de las drogas consideradas duras como es la heroína. Su consumo sigue siendo la principal causa de enfermedades y muerte relacionadas con las drogas -la mayoría varones de en torno a 35 años- y se estima que hay más de 1,3 millones de consumidores habituales de opiáceos en la UE y Noruega que tienen una probabilidad de morir de entre 10 y 20 veces mayor que las personas que no consumen drogas. Aún así, el documento ofrece elementos esperanzadores. Por ejemplo, la disponibilidad de la heroína parece haber reducido y es escasa la presencia en países como Irlanda, Reino Unido, Italia, Suiza, Eslovenia o Rusia. "Es probable que una combinación de algunos de estos factores haya contribuido a interceptar el suministro de heroína a Europa causando escasez en algunos mercados", señala el observatorio. Entre las posibles razones: la menor producción de opio en Afganistán en 2009, plagas que habrían afectado a los cultivos y la mayor colaboración entre Turquía y las autoridades policiales de la UE en la vigilancia.