vitoria. Dos problemas son los que hasta ahora se ha topado la haurreskola Mariturri para su construcción: la falta de un consenso político y una previsión presupuestaria insuficiente. El primero de estos obstáculos podría desbloquearse en el debate de las Cuentas municipales. En ese sentido, el concejal de Educación, Alfredo Iturricha, invitó ayer durante la Comisión del ramo a que todos los grupos "arrimen el hombro" en torno a esta cuestión. En ese punto también podría solucionarse la financiación del centro si es que se sigue una recomendación del edil jeltzale Iñaki Prusilla. "Si la anterior legislatura reservó una partida de 800.000 euros para la obra y se calcula que en total costaría 2.200.000 euros, se puede utilizar 1.000.000 de euros de los beneficios de Ensanche 21", propuso Prusilla, durante la iniciativa de su grupo para conocer la "negativa" a levantar este equipamiento.

Aunque el concejal popular no quiso pronunciarse sobre esta medida, volvió a recalcar que "lo que está claro es que no llega con el dinero presupuestado", por lo que no sería "ni prudente ni acertado" empezar con los trabajos, si no se garantizan que se completarán del todo. "No hay retraso ni negativa por parte del Gobierno. Son dos expresiones que no son ciertas", desmintió Iturricha, en alusión a los términos utilizados por el PNV para referirse en esta cuestión.

El popular también quiso aclarar que aunque la construcción de la haurreskola Mariturri depende del Ayuntamiento, la gestión compete al Gobierno Vasco. "Habría que ver también el interés que tiene por ampliar la oferta de escuelas infantiles", agregó Iturricha.

"Más aportaciones" El problema de financiación no es el único que se encontró este plan. Según denuncia la asociación vecinal Zabalgana Batuz, Urbanismo tampoco había hecho los estudios pertinentes sobre su ubicación. Este motivo llevó a los miembros de este colectivo a presentar hace menos de dos semanas las propuestas de las posibles parcelas a los responsables de este departamento, como parte de un compromiso que ellos mismos realizaron en la reunión mantenida el pasado 28 de octubre con el concejal Miguel Garnica.

No en vano, el barrio gasteiztarra de Zabalgana está unido en esta demanda, que califican de "unánime", puesto que dicen que es una inversión básica en un "campo socialmente estratégico". Como aseguraron en la información que publicó este diario ayer, "las escuelas infantiles contribuyen en ese desarrollo de la conciliación y aumentan la calidad de vida de la que presumimos en esta ciudad".

En su reivindicación pedían al Consistorio que desbloqueara "en la mayor brevedad posible" este conflicto para atender la creciente demanda de escuelas infantiles. Como recordaban, este distrito es el que posee las tasas de natalidad más altas de la ciudad. Es por ello que sus residentes no cejarán en su empeño de que su ansiado proyecto se haga realidad. "Nos comprometemos a seguir realizando nuestras aportaciones y estudios".