Vitoria. Rubén Garrido, alcalde de Oion desde hace apenas seis meses, se enfrenta a la situación más difícil que recuerda de su carrera política. La negativa del Gobierno de La Rioja a atender en el Hospital San Pedro de Logroño a los pacientes alaveses de localidades limítrofes ha generado una crisis sin precedentes en su pueblo y el resto de la región que le ha empujado a tomar una decisión drástica. Si la guerra declarada por la comunidad vecina a Osakidetza no se resuelve en las próximas 48 horas, Garrido iniciará una huelga de hambre ante las puertas del Palacete del Gobierno riojano con la que pretende dar un golpe de efecto y remover conciencias. El objetivo, presionar para que las partes implicadas vuelvan a sentarse a negociar y lleguen al entendimiento cuanto antes. "Si mis vecinos pierden la salud, yo la tengo que perder con ellos", zanjó ayer Garrido en declaraciones a este periódico.

El representante del PP no duda en calificar la actual crisis sanitaria como "el problema más grave en la historia de Oion", una realidad "caótica y sangrante" que le afecta especialmente al ser él también profesional sanitario. Garrido ha llamado "a cincuenta puertas diferentes" durante las últimas semanas para buscar una solución al bloqueo, incluyendo la del candidato a presidente del gobierno de su partido, Mariano Rajoy, de quien dice entender los postulados que defiende.

Pese a todo, las inasumibles exigencias económicas de La Rioja a Osakidetza parecen haber situado el conflicto en un punto de no retorno cuyos principales damnificados son los vecinos de la zona. Actualmente son cerca de 400 los afectados, aunque la población potencial alcanza los 10.000 según sus cálculos. "No puedo admitir este mercadeo y que se nos utilice como un método de presión. Que lleguen ya al acuerdo que tengan que llegar, el que sea, pero que no jueguen con la salud de nadie", exigió. Llegar al punto de iniciar una huelga de hambre pasado mañana constituye "una decisión muy dolorosa para mí y mi familia, pero está más que meditada". Garrido podrá de esta forma "dormir tranquilo", algo que no ha podido hacer durante las últimas semanas.

La jornada de hoy se presenta intensa en las instituciones de Rioja alavesa. El propio Garrido ha convocado un pleno extraordinario en Oion donde pretende hacer a su corporación "partícipe" de la decisión que ha tomado y, además, el presidente de la Cuadrilla de Rioja alavesa, Jokin Villanueva, ha convocado a todos sus alcaldes para valorar la toma de nuevas decisiones. El contencioso llegará también esta mañana a las Juntas Generales, donde PP, PSE y PNV han presentado sendas propuestas para aportar soluciones.

Garrido, desde una perspectiva "personal", no comprende la decisión de La Rioja de exigir dinero a Osakidetza por atender a los pacientes alaveses. Además, y a pesar de que valora los esfuerzos realizados hasta ahora por el Departamento vasco de Sanidad, le anima a "redoblarlos" para solucionar el conflicto. "Estoy defendiendo la situación de todos los ciudadanos de España, porque esto se puede trasladar a otras provincias y sería inasumible", advierte el alcalde oyonés. El reloj sigue corriendo y, aunque las partes inevitablemente están condenadas a entenderse, el golpe en la mesa de Garrido aporta un grado más de intensidad a esta inédita crisis.