MADRID. En el juicio, que ha quedado visto para sentencia, Castro ha reconocido su pertenencia a ETA y ha exculpado, a preguntas de su defensa, al otro acusado, Mikel Garmendia, para quien la Fiscalía ha solicitado 8 años de prisión por un delito de colaboración con organización armada.
Garmendia ha declarado que le prestó a Castro la furgoneta que este utilizó para trasladarse a Lazkao sin saber que pertenecía a la organización terrorista y desconociendo que su vehículo iba a ser utilizado para cometer el ataque contra la sede del PSE.
"Yo sabía que si le pedía la furgoneta no iba a pedir explicaciones", ha indicado Manex Castro, que ha justificado el envío de un mensaje de móvil a Garmendia -donde le pedía que diera una excusa a conocidos comunes en el tiempo en el que los investigadores le sitúan en Lazkao- para no quedar mal con ellos.
La defensa de Castro y de Garmendia, que ha solicitado su libre absolución, ha dicho que Garmendia no tenía ninguna sospecha por ese mensaje de texto del mismo modo en que, según su versión, la Ertzaintza, que tenía vigilado el móvil de Castro desde un atentado anterior, no había sospechado del mismo.
El miembro de ETA declaró a la Ertzaintza que preparó el artefacto explosivo de este atentado junto con Beinat Aguinagalde y Ugaitz Errazkin en un piso de Hernani, según ha contado hoy un instructor de varios atestados del atentado.
Según el testimonio de este ertzaina, Castro y Errazkin se desplazaron en la furgoneta de Garmendia hasta Lazkao antes que Aguinagalde, que fue el encargado de colocar la mochila que contenía el artefacto explosivo junto a la puerta de la sede del PSE.
Otro agente ha explicado que se efectuaron hasta cuarenta y cinco llamadas entre las diez de la noche y la una de la mañana del 23 de febrero entre un teléfono donde se encontró el perfil genético de Manex Castro y el teléfono que supuestamente habría llevado Aguinagalde.
Los ertzainas que participaron en la inspección ocular de la zona después del atentado han señalado que había "numerosos daños materiales" en la estructura de la sede del PSE y en los edificios colindantes, además de un "cráter" junto a la entrada.
Los daños en viviendas fueron tasados en 762.458 euros y los relativos a vehículos, valorados en 5.251 euros.
Por todo ello, el fiscal Vicente González Mota ha concluido que existe la "certeza" de la participación de los dos acusados en los hechos y ha hecho hincapié en que la ingenuidad de Garmendia alegada por la defensa "no es asumible" por el Ministerio Público porque "sabía que estaba colaboando con la cesión de la furgoneta".