Los vecinos de Oiardo han oído esta semana que las campanas no tocan igual que habitualmente. No en vano, una de las dos campanas de bronce de la iglesia de esta localidad alavesa ha desaparecido. Los ladrones aprovecharon que el templo está algo alejado del pueblo para hacer una incursión en el campanario por la noche con el fin de poder vender el bronce. Foto: p. oribe