Vitoria. General Electric Hitachi (GEH) ha hecho público un acuerdo firmado con Iberdrola el pasado mes de marzo para mantener la operatividad de la central nuclear de Santa María de Garoña y de Cofrentes (Valencia) más allá de los tiempos establecidos para su cierre. Un pacto que vincula a la propietaria de la planta burgalesa Nuclenor, empresa participada por las eléctricas Endesa e Iberdrola a partes iguales, con GEH durante seis años con posibilidad de un ampliación hasta diez.
No hay que olvidar que el gobierno Zapatero fechó este mismo año el cierre de la central para julio de 2013, por lo que este marco empresarial asumiría una nueva prórroga a pesar de que la planta debe presentar al ministerio de Industria un plan de cierre a finales de este mismo ejercicio. Sin embargo, la propia Nuclenor se desmarcó ayer de esta tesis en declaraciones a este periódico aludiendo "motivos empresariales y de gestión" para la firma de este acuerdo multipacto ya que "a largos plazos se obtienen mejores condiciones económicas. Pero Nuclenor no quiere ni puede hacer nada que pueda llevar a pensar que se piensa en operar más allá de lo marcado", según fuentes autorizadas.
El pacto incluye servicios de parada y recarga entre los que se incluyen el montaje y desmontaje de la vasija del reactor, los trabajos de mantenimiento de la vasija e inspecciones visuales y por ultrasonidos, además de las materias relacionadas con el combustible. Así las cosas, desde Nuclenor se afirma que este acuerdo incluye unas cláusulas que ponen unos límites de actuación en función de si el Gobierno de Madrid decide mantener el cierre marcado para la planta burgalesa. De esta forma, la colaboración en virtud de este documento entró en vigor con la recarga de mayo y continuaría en caso de que se llevara a cabo una nueva en dos años, sólo en virtud de una posible nueva prórroga.
El comunicado ha levantado más de una suspicacia y ha abierto la caja de los truenos en fechas próximas a las elecciones generales. No hay que olvidar que el tema de la energía nuclear se ha convertido en uno de los principales caballos de batalla de los dos principales aspirantes a La Moncloa. Mientras que el PSOE de Rubalcaba ha dejado clara su intención de mantener la fecha prevista de cierre, el candidato del PP, Mariano Rajoy, ha expresado un velado apoyo a su continuidad.