vitoria. Y si bien está demostrado que pensar en verde se ha convertido en algo más que una moda para pasar a convertirse en una parte más de los hábitos adquiridos por la ciudadanía, también lo es que queda un amplio camino que recorrer para que la sostenibilidad sea algo más que una quimera. Así las cosas, mientras el reciclaje de envases ligeros, vidrio y papel o cartón parece haber pasado a formar parte de la rutina de cada casa, el camino en el caso de otros muchos residuos está todavía por explorar.

Es por ello que desde las instituciones y sectores ecologistas se anima e impulsa al empleo de técnicas como la biomasa o el compostaje. La segunda lleva ya varios años creando, a partir de basura orgánica, abono o compost que sirve para otros fines vegetales, pero la primera es un mundo todavía por descubrir. La biomasa es un conjunto de residuos orgánicos y su origen es vegetal. Estos residuos pueden tener diferentes orígenes y derivados entre los que se encuentran los domésticos e industriales de origen agrícola o ganadero y hoy en día apunta a convertirse en una de las principales fuentes que pueden generar energía térmica o eléctrica.

Pero no son las únicas áreas en las que se está explorando. Sin ir más lejos, el reciclaje de pilas, medicamentos o aceite es una labor en la que lleva trabajándose tiempo pero que todavía no ha logrado instaurarse en la ciudadanía. A pesar de que los resultados han ido mejorando en los últimos ejercicios, lo cierto es que su implantación dista mucho de alcanzar los niveles de los restos orgánicos, vidrio, papel y cartón y envases ligeros.