vitoria. Los jóvenes no sólo lo tienen peor para encontrar trabajo. La precariedad de los contratos laborales también provoca que se retrase la edad en la que los jóvenes vascos vuelan del nido familiar.
Menos de la mitad de las personas de 18 a 34 años de Euskadi están emancipadas (44,1%), mientras que en el Estado ésta es de 45,8%.
Sí, es verdad. Para la tasa estatal sí que hay explicación: la correlación entre contratos precarios, bajos salarios y alto coste de la vivienda, tanto de alquiler como de propiedad. Una opción es quedarse en casa para acumular capital y la otra es o irse a vivir en grupo o cuando se tenga pareja.
La tasa de emancipación de las mujeres jóvenes de Euskadi (49,2%) es más elevada que la correspondiente a los hombres vascos de 18 a 34 años (39,1%)...
Hay quién diría que los chicos están más enmadrados. Ellos se sienten más cómodos en casa por razones culturales, que tienen que ver con una mayor permisividad. Las chicas tienen esa mayor necesidad de salir del hogar familiar para tener mayores márgenes de libertad. Pero no es algo que sólo suceda aquí. También se repite en Italia, Francia... De media se van 2,4 años antes que los chicos.
Según el Observatorio Joven de Vivienda en España, para que una persona utilizara solo el 30% de sus ingresos para adquirir una vivienda libre en propiedad, ésta debería cobrar 39.396 euros netos anuales, cuando, en realidad, el sueldo medio es de 17.914.
Una de las soluciones es que la gente cobre más, pero es difícil con el contexto de crisis actual. Lo que sí que se puede hacer es que el coste de la vivienda no sea tan alto. Para ello, debe haber una oferta pública de vivienda amplia, con apartamentos o viviendas de dos habitaciones. Con ayudas para alquilar por 5-10 años y luego dejar paso a gente más joven. El mercado de renta en el País Vasco es muy reducido. No hay oferta y la poco que hay es altísima. No hay solución si no hay una regulación de la oferta pública. Otra medida sería que baje el mercado libre de la vivienda, que con la crisis se ha conseguido, en parte. Pero lo mejor sería que la gente cambie de mentalidad, que no piense en propiedad porque irse de alquiler no es tirar dinero. Es algo que beneficia a la persona.