MADRID. El ministro de Educación, Ángel Gabilondo, se muestra insatisfecho con el fracaso y abandono escolares, aunque cree que el sistema educativo va en la "buena dirección" para reducirlos, así que advierte de que sería "muy perjudicial" que se recortara en educación, algo que "no quieren" los ciudadanos.

"No debemos de aflojar los planes educativos ni la inversión que se está haciendo porque están dando buenos resultados", según enfatiza en una entrevista. Reconoce que son tiempos de austeridad y ajustes, pero "sin recortar", advierte, en educación, sanidad y políticas sociales.

Sobre las movilizaciones de docentes y familias de la escuela pública, piensa que no se deben estrictamente al incremento del número de horas lectivas del profesorado en varias comunidades autónomas, sino que se trata de "un combate por un modelo de educación que ha tenido mucho éxito en España".

Explica que se da una "confluencia de razones" que produce la respuesta de los profesores: la "sensación" de que, quizás, "se descuida" la enseñanza pública en algunos lugares, aunque no nombra ninguno en concreto, o que el dinero del que disponen las administraciones "no parece" ir directamente a aquello que es más estrictamente público.

También se refiere a una serie de circunstancias que han coincidido en el inicio del curso escolar: la crisis económica, cambio de gobiernos y políticas en CCAA y un momento "muy preelectoral". "No es una batalla electoral -precisa-, es atender, incluso en tiempos de crisis, a lo que tenemos que atender, la gente, que es lo que nos tiene que importar."

Defiende la educación pública con "mucha pasión", trabajar para mejorar su calidad, con profesores más apoyados y formados, que sea inclusiva e intercultural.

Preguntado por si son "ajustes" o "recortes" lo que aplican las CCAA, pide que se le pregunte a los directores, profesores y familias si no han notado nada o dicen otra cosa. Llama a las partes a sentarse en una mesa, pues "ya todo el mundo quiere una solución". Señala que siempre está dispuesto a colaborar, sin querer interferir en la autonomía de las comunidades. La situación "tiene salida", indica, y confía en que todo se serene un poco, sin olvidar que los periodos preelectorales son "muy complicados".