vitoria. Aunque las agresiones filio-parentales no siempre están asociadas a problemas clínicos, los expertos reconocen que cada vez son más frecuentes los casos en que sí se da esta vinculación. Así, un estudio del Gobierno Vasco sobre este tipo de violencia señala que los desórdenes más frecuentes en menores violentos son la hiperactividad y los trastornos de la atención, que "predisponen al comportamiento antisocial del adolescente y al trastorno antisocial de la personalidad en adultos". "La desinhibición, el pobre control de impulsos y las dificultades educativas están implicadas en el desarrollo de estos riesgos", alertan los expertos.
comportamiento Estudios desarrollados a lo largo de la última década han puesto de manifiesto la existencia de trastornos del comportamiento en algunos adolescentes agresores hacia sus familiares, tales como trastorno de déficit de atención con hiperactividad, trastorno de conducta o trastorno bipolar, aunque la mayoría no presentaban enfermedades mentales. Otras investigaciones completan la lista con trastorno reactivo adaptativo, trastorno de conducta disruptiva, y trastorno del aprendizaje.
Entre los trastornos afectivos más presentes en los casos de violencia juvenil estaría la depresión, con una tasa de entre el 15 y el 31%, que puede manifestarse como ira correlacionable con la agresión. "Cuando la depresión aparece asociada a trastornos de conducta, el riesgo de un uso abusivo de sustancias como el alcohol se eleva, así como los intentos autolíticos. Asimismo, la ansiedad y el trastorno por estrés postraumático son algunos de trastornos que aparecen más comunmente entre los jóvenes agresores", indica el documento.
La depresión también parece figurar en la base de las agresiones entre iguales. La publicación destaca que en algunos estudios se ha verificado que los niños deprimidos como consecuencia de maltrato o negligencia presentan mayores probabilidades de comportarse agresivamente con otros niños al llegar a la adolescencia. En este sentido, los investigadores han determinado que la depresión entre los menores expuestos a violencia entre sus progenitores y posterior agresión a iguales, es más frecuente entre las chicas.
Los trastornos psicóticos, sin embargo, resultan menos frecuentes, y si aparecen puede ser de manera prepsicótica, en forma de trastornos límite o esquizoides de la personalidad, "los cuales correlacionan con dificultadespara el establecimiento de relaciones interpersonales". "La mayor parte de los diagnosticados de esquizofrenia no delinquen: el riesgo de violencia aparece si hay sintomatología activa y uso de sustancias. También las disfunciones en el desarrollo neurológico pueden ser relevantes, ya que pueden deteriorar la capacidad del joven de adaptarse al estrés, reconocer las consecuencias de sus actos y controlar los impulsos", ilustra la publicación.