Vitoria. De poco o de nada han servido los intentos por tratar de atraer vecinos a la zona rural alavesa. La macrocefalia de la capital amenaza el equilibrio poblacional del territorio, hasta el punto de que tres cuartas partes de la población siguen optando por fijar su residencia en Vitoria. Entre quienes se decantan por otras localidades, la mayoría lo hace por Amurrio y Llodio, que aglutinan a 28.470 vecinos, es decir, el 10% del total.

La falta de servicios en la zona rural y las mayores posibilidades para encontrar un empleo son los principales motivos por los que la ciudad sigue conservando su atractivo. Ni siquiera el precio elevado de la vivienda ha frenado el deseo de seguir residiendo en la capital. Si hace no mucho tiempo algunos vitorianos se marchaban a los pueblos buscando casas más baratas, la cantidad de VPO construidas durante los últimos años en Vitoria, muchas de ellas aún sin adjudicar, ha hecho que se replanteen esta decisión.

Según los últimos datos del Padrón municipal, Vitoria acoge un total de 238.247 habitantes de los 317.352 que tiene Álava. La cifra, de hecho, va en aumento hasta el punto de que es la única provincia vasca que mantiene ininterrumpidamente un balance migratorio favorable. Es decir, son más los que llegan que los que se van.

En ello tiene mucho que ver la cantidad de inmigrantes que recibe este territorio. Actualmente, el colectivo representa ya más del 10% de la población, una cantidad que va en aumento. Ni siquiera los políticas sociales cada vez más restrictivas han logrado frenar su llegada. Concretamente, frente a los 25.851 extranjeros que residían en Álava en 2009, ahora se contabilizan más de 32.000. Por países, la mayor parte procede de Latinoamérica, concretamente de Colombia, aunque también hay una amplia presencia de ciudadanos procedentes de los países africanos como Marruecos o Argelia. Además, 1.661 personas empadronadas proceden del continente asiático.

En definitiva, el informe del Padrón del año 2010, dado a conocer por el Instituto Vasco de Estadística, revela también que el perfil del alavés es el de un varón de entre 30 y 39 años que escoge la capital para fijar su lugar de residencia. La mayor parte de la población que vive en este territorio es nacida en Álava, si bien es cierto que el territorio conserva ese carácter mestizo que en los años sesenta, coincidiendo con el auge de la industria, le llevó a acoger a un gran número de inmigrantes procedentes de otros puntos del Estado que llegaron en busca de empleo. Con bastante diferencia, tras los nacidos aquí, los llegados de Castilla-León son los que más presencia tienen en esta provincia. Actualmente se contabilizan 34.121 personas que, viviendo en Vitoria, han nacido allí. A estos les siguen los extremeños (9.562), los andaluces (6.686) y los gallegos (5.605).

Cambios en Vitoria El incremento de habitantes ha hecho que la ciudad haya sufrido también una transformación profunda que le ha llevado a expandirse por sus costados. No en vano, actualmente es la segunda urbe más poblada de Euskadi por detrás de Bilbao, que ya ha alcanzado los 355.000 habitantes, y muy por delante de San Sebastián, que roza los 185.000. Cabe recordar, sin embargo, que en este último ejercicio Vitoria ha sumado 1.219 vecinos, lo que supone un crecimiento de sólo el 0,5%.

En cualquier caso, este progresivo aumento de habitantes ha ido de la mano de un vuelco en los núcleos poblacionales de una ciudad que ve cómo los barrios de siempre pierden habitantes y envejecen al mismo tiempo. Frente al estancamiento experimentado en gran parte de las zonas, la población de Salburua y Zabalgana, donde residen 8.085 y 9.745 habitantes respectivamente, ha crecido un 34% en comparación con el año 2009. Se calcula que en este momento acogen a una décima parte de los gasteiztarras.

A pesar del crecimiento experimentado en las citadas zonas, todavía están muy lejos de ser los lugares preferidos por los vitorianos para fijar su residencia. En este sentido, Lakua-Arriaga sigue siendo de lejos el barrio más poblado, seguido de Sansomendi. También San Martín o Zaramaga se encuentran entre los barrios con más gente, aunque con los años van perdiendo habitantes. En este sentido, del Padrón se deduce el progresivo envejecimiento de la sociedad.