El piloto de la avioneta se puso en contacto con la torre de control de Foronda. Comunicó que tenía problemas en el funcionamiento su motor y dijo que trataría de realizar un aterrizaje de emergencia en una campa cerca de Amurrio. No lo consiguió. Desde tierra, los testigos observaban impotentes la caída del aparato. "Ha intentado un aterrizaje forzoso, pero se ha estrellado en un terreno a la salida hacia Ayala", concretaban desde la Policía Local. "En principio hay una persona muerta y otra herida muy grave", señalaban las primeras voces. El instructor de la avioneta de entrenamiento había perdido la vida. Su alumno sobrevivió, aunque los médicos calificaban su estado de "crítico" al cierre de esta edición.

Los testigos, a menos de 50 metros de distancia del lugar del impacto, observaban cómo las dotaciones de una ambulancias y del helicóptero de la Ertzaintza trabajaban sin descanso. "La avioneta tiene un golpe frontal bastante grande, la verdad. Es una avioneta katana", detallaba un piloto desplazado hasta el lugar.

El lugar elegido para tomar tierra, el emplazamiento del antiguo depósito de aguas de Amurrio, es una campa con una ligera inclinación. Un pastor que se encontraba allí justo cuando la avioneta cayó del cielo pudo atestiguar que el aparato volaba sin motor, planeando como podía, y que de esa manera trató de llegar al suelo. "Ha debido clavar el morro en el suelo volcando acto seguido hacia delante", precisaba de nuevo el piloto tras observar las marcas dejadas por la aeronave en el campo.

Los médicos de la UVI móvil de Osakidetza y el equipo de la Ertzaintza que viajaba en el helicóptero de apoyo se afanaban mientras tanto en salvar la vida del segundo ocupante de la avioneta, un aparato biplaza, muy ligero, construido en fibra de vidrio y carbono. Este tipo de aeronaves se caracteriza por su alto coeficiente de planeo, por lo que es capaz de cubrir grandes distancias sin necesidad de motor. A pesar de ello, el instructor no tuvo fortuna a la hora de aterrizar y sobrevino la tragedia.

simulacro Se da la coincidencia de que la Dirección de Emergencias del Gobierno Vasco tiene previsto tomar parte como apoyo en un simulacro de rescate este fin de semana a apenas diez kilómetros del lugar en el que tuvo lugar la tragedia de ayer. Un centenar de espeleólogos participará en un ejercicio de rescate en Orduña dentro del simulacro general de carácter anual de espeleo-socorro organizado por la Unión de Espeleólogos Vascos, Euskal Espeleo-Laguntza, iniciativa que cuenta con la colaboración de la Dirección de Atención de Emergencias y Meteorología del Gobierno Vasco. La actividad dará comienzo hoy a las 08.30 horas y se prolongará hasta la madrugada.

En el ejercicio, en el que se simulará el rescate de uno o dos accidentados, participarán, además de miembros de la Unión Espeleólogos Vascos, Euskal Espeleo-Laguntza, integrantes del grupo de rescate de montaña de la Brigada Móvil de la Ertzaintza, miembros del SEIS de la Diputación de Bizkaia y responsables de la Unidad Alpina de Cruz Roja en labores de apoyo logístico, así como espeleo-socorristas procedentes de otras comunidades autónomas. El objetivo del simulacro consistirá en entrenar y coordinar a un amplio equipo humano de especialistas para efectuar un rescate de heridos en el interior de una cavidad.

El lugar elegido se halla en el paraje de La Ponata. Se trata de un rescate reservado a especialistas entrenados para moverse en cuevas y simas subterráneas que utilizan complejas técnicas de salvamento. El recorrido incluye varios pasos de dimensiones modestas y también por los cauces de varios ríos.