MADRID. La especulación con los precios de los alimentos está agravando las crisis alimentarias en el mundo, según denunciaron este jueves las organizaciones no gubernamentales implicadas en la campaña internacional 'Derecho a la alimentación URGENTE' con motivo de la celebración, el próximo 16 de octubre, del Día Mundial de la Alimentación.

"Si los Estados permiten que personas o instituciones, a través de actividades especulativas, alteren los precios de los alimentos para su beneficio y en perjuicio de muchas personas, están favoreciendo el aumento de la crisis alimentaria en el mundo", declaró el portavoz de la campaña, José María Medina.

En la génesis de la actual crisis alimentaria, según las organizaciones, se encuentran causas estructurales que vienen arrastrándose en el tiempo como resultado de una evolución asimétrica e injusta del sistema agroalimentario mundial.

"Estas causas no fueron abordadas en su debido momento y con la necesaria prioridad por parte de las autoridades nacionales, regionales e internacionales", añadieron. La campaña 'Derecho a la alimentación URGENTE' surgió en 2003 y está impulsada por Ayuda en Acción, Cáritas Española, ONGAWA, Prosalus y Acción contra el Hambre.

"El 60 por ciento de las cosechas de trigo y otros cereales están hoy bajo el control de los fondos de inversión especuladores", denunció la campaña. "La ausencia de marcos regulatorios ha permitido que las inversiones en productos alimentarios se hayan disparado pasando de 35.000 millones a 300.000 millones de dólares en tan solo cinco años", prosiguió.

Según el Parlamento Europeo, el 50 por ciento del incremento del precio de los alimentos se debe a los movimientos especulativos y, de hecho, la Organización para la Alimentación y la Agricultura de la ONU (FAO) ha elegido este año el lema 'Precios de los alimentos. De la crisis a la estabilidad' para conmemorar el Día Mundial de la Alimentación.

"Las operaciones financieras de carácter especulativo con materias primas alimentarias deben ser reguladas de tal forma que el derecho humano a la alimentación quede protegido y garantizado", aseguró José María Medina. "Los alimentos deben tener un estatus especial, no como una materia prima más, para prevenir no solo el fraude sino también la especulación y evitar las alteraciones bruscas de precios", concluyó el coordinador de la campaña.

Entre las propuestas de la campaña, destacan medidas como la adopción de limitaciones en los monopolios que sobre los productos básicos puedan tener un inversor o un grupo de inversores, el establecimiento de tasas o de algún tipo de imposición sobre los movimientos financieros especulativos, "que podría tener el doble efecto de reducirlos y de generar recursos para financiación del desarrollo y la lucha contra el cambio climático", y la supresión de los paraísos fiscales y de los centros 'offshore' que facilitan las inversiones especulativas y dificultan su seguimiento, "dada su opacidad".

TIERRAS Y AGROCOMBUSTIBLES

Asimismo, las organizaciones implicadas en la campaña recordaron que "no solo los alimentos son presa del mercado especulativo, también las enormes extensiones de tierra que los inversores están acaparando".

Por eso, advirtieron, es necesario que se establezcan moratorias sobre la compra y venta de tierras a gran escala en países en desarrollo por parte de inversores extranjeros hasta que se adopten marcos regulatorios nacionales e internacionales que impidan que de estos contratos se deriven impactos negativos sobre los Derechos Humanos y el medio ambiente.

Además, prosiguieron, las políticas de promoción de la producción de agrocombustibles deben revisarse teniendo presente su gran impacto en la seguridad alimentaria mundial.

En este sentido, señalaron, la Unión Europea "debe revisar su objetivo de abastecer un 10 por ciento del combustible destinado a los transportes en 2020 con fuentes de energía renovables, ya que todo apunta a que este compromiso se cumplirá casi exclusivamente a través del uso de los agrocombustibles industriales, con un impacto negativo en la seguridad alimentaria de los países más pobres".

"Estados Unidos ha dedicado 119 millones de toneladas de cereales a la producción de etanol, cantidad que puede alimentar a 350 millones de personas durante un año", denunciaron las ONG.

Por último, los miembros de la campaña recordaron que el Comité de Seguridad Alimentaria Mundial de las Naciones Unidas "tiene que ejercer un liderazgo político efectivo para hacer frente de forma decidida, y con el compromiso de la comunidad internacional, a las causas coyunturales y estructurales que han desencadenado la crisis alimentaria".