vitoria. La crítica situación económica mediatizó ayer la apertura oficial del curso escolar en la enseñanza concertada, que tuvo como escenario el colegio gasteiztarra Sagrado Corazón. La consejera vasca de Educación, Isabel Celaá, auguró durante el acto institucional un ejercicio en el que el sistema "no lo va a pasar demasiado bien" debido a la caída de la recaudación de las haciendas forales, por lo que solicitó a la patronal de los centros de titularidad religiosa, Kristau Eskola, mantener la "austeridad" y "priorizar los recursos" para superar las dificultades que se avecinan. "Va a ser un ejercicio difícil. Lo dije, y así va. Tenemos que aferrarnos al mantenimiento de lo fundamental, que es la Educación y la Sanidad". Respondía así Celaá a la petición que, minutos antes, el director general de Kristau Eskola, Aitor Bilbao, lanzaba al aire durante su discurso: La necesidad de cerrar un Pacto Escolar que garantice a todos los agentes educativos "los recursos necesarios con criterios de justicia, eficiencia y absoluta transparencia en el uso de los fondos públicos". Una "financiación estructural básica", en otras palabras, para que "las mismas necesidades de los alumnos tengan los mismos recursos".

Celaá avanzó que su consejería aún no ha concretado los presupuestos para el próximo 2012, pero insistió en que "los anuncios que hay no permiten pensar que vaya a ser un ejercicio de comodidad". Celaá, de esta forma, instó a la comunidad educativa a "aguantar con los dientes apretados" porque se avecina una temporada "austera y compleja", aunque también se mostró optimista en superarla "con la ayuda de todos".

La consejera recordó que tiene "conversaciones pendientes" con los distintos agentes, reconoció que las exigencias de Kristau Eskola "son razonables, pero a renglón seguido insistió en una idea básica: "Hay que obtener grandes resultados con los recursos que tenemos". Toca, por tanto, apretarse el cinturón en una coyuntura marcada también por la bajada de sueldos de los profesores, después de haberse "tocado" el concierto de financiación de los centros, según recordó Aitor Bilbao.

El director general de Kristau Eskola tendió la mano para "analizar las dificultades en torno a una mesa" y "buscar soluciones consensuadas desde la responsabilidad". Y también recalcó las cinco líneas básicas de actuación que guiarán a su organización en el curso ya iniciado: La evangelización del alumnado, el desarrollo de currículum vasco y del proyecto de convivencia, la potenciación de la lengua inglesa y la virtualización de los sistemas.

Por su parte, el presidente de los centros católicos, Joseba Kamiruaga, también incidió en las "dificultades" que se está encontrando el sector en la actual situación económica, "muchas veces ajenas a nuestra responsabilidad", y apeló a la "unidad de acción" de los agentes educativos de Kristau Eskola para salvar los problemas. Antes de los discursos, el obispo de Donostia y delegado episcopal de Educación, José Ignacio Munilla, ofició una misa.